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alcaidía temporal de Maya a su auxiliar, Martín de Azpil- cueta. La acción de Mosén Pierres de Peralta y los no se limitó a Baztán, sino que se extendió a lo largo todo el Bidasoa. En el Bidasoa medio Pierres obtuvo del rey el «Seño- río de Santesteban de Lerín» que el P. Moret llama inexac- tamente «señorío de Santesteban de Baztán». En el Bidasoa inferior los agramonteses ocuparon el castillo de Ozcorroz entre Vera y Lesaca. Consta que acudieron a Ozcorroz Martín de Azpilcueta y gentes reclutadas por el alcaide del valle de Baztán, al que más tarde (1462) se le entregaron 1.000 libras por sus expensas en el sitio de Ozcorroz. Ante este esquema histórico de la guerra civil en el Baztán y Bidasoa, no se puede aceptar la afirmación del analista Moret «de que el Baztán permaneció unido y fiel al Principe Carlos, gracias a la actuación del beamontés Juan de Ursúa», que fue alcaide de Maya sólo hasta 1452. La guerra en el Baztán comenzó hacia el año 1453, cuando era alcaide de Maya el beamontés Juan de Echaide. Tampoco podemos aceptar la afirmación de algunos his- toriadores modernos, seguidores del P. Cros, de que Martín de Azpilcueta, el futuro señor del palacio de Azpilcueta, aparece en un documento de 1456 como criado y servidor de armas del obispo de Pamplona, Martín de Peralta. Se trata de un mero homónimo; igual homónimo lleva- ban entonces cuatro personajes contemporáneos, tres en Sada y uno en Azpilcueta. Nuestro Martín de Azpilcueta actuaba en 1456 en el Baztán, viviendo su padre Juan Ibáñez, señor del palacio, a las órdenes de Mosén Pierres de Peralta ll. No constan las fuerzas guerreras del obispo de Pamplona actuando en el valle de Baztán; ningún documento lo cita. 2

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