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lleros baztaneses al servicio del merino de las montañas en las partidas de Larraun y Araiz, zona fronteriza con Guipúzcoa, que se hallaba entonces en gran parte anexio- nada al reino de Castilla (Alfonso XI). Vigilaba esa zona fronteriza el castillo navarro de Gorriti, clave de las co- municaciones con la ciudad de Tolosa; zona frecuentada por malhechores y robadores de ganados de uno y otro reino. Como Juan García | no ocupó puestos importantes de merino, alcaide de castillo, etc.. escasean sus noticias en el Archivo General de Navarra. Sólo sabemos que no le sobrevivió un sucesor varón, sino una hija, cuyo nombre se desconoce y que yo la designo en el cuadro genealó- gico con la letra N, señora propietaria del palacio y casa- da con García Ibáñez de Hualde, merino de las montañas y alcaide del castillo de Gorriti. Así nos lo revela un pleito entre ese García Ibáñez de Hualde, viudo ya reciente, y el hijo mayor de ambos, Juan García ll, sobre bienes y pertenencias del palacio de Az- pilcueta, del que era heredero. La sentencia dictada en 1384 por jueces árbitros nom- brados por el rey de Navarra, Carlos ll el Malo, decidió que el hijo Juan García ll era no sólo propietario del palacio de Azpilcueta, sino de todos los bienes muebles que explo- taba su padre dentro de los terrenos del mismo. Descono- cemos el nombre de la señora, ya difunta, del palacio, por aparecer en blanco en la copia defectuosa de la sen- tencia arbitral, conservada en el archivo de los duques de Villahermosa, en Madrid, y reproducida a mi ruego por el P. Eulogio de Lezaun, compañero mío. Nadie ha estudiado este documento por el que nos enteramos de la defección de la línea varonil en Juan Gar- cía | y del entronque de las: casas Azpilcueta-Hualde, del que nadie habla, y del que procederá San Francisco de Javier. García Ibáñez, consorte de la propietaria del palacio de Azpilcueta, en los numerosos documentos que se con- servan de él como merino y alcaide, nunca se llama ni le llaman «Señor del Palacio de Azpilcueta». No hallo otra explicación aceptable que la muerte tar- día de su suegro, Juan García |, que ocurriría poco antes del pleito mencionado de 1384, que sentenció la perte- nencia del palacio y de todos sus bienes a favor de su hijo mayor, Juan García ll, casado ya y con descendencia. JUAN GARCIA 11 (1384-1431) Lo vemos ya citado como señor del palacio en un do- cumento de la Cámara de Comptos de 1384, el mismo año de la sentencia arbitral, y no antes. Su señorío durará cerca de medio siglo: 47 años. Su padre García Ibáñez de Hualde vivirá hasta 1409 ejerciendo los cargos de merino de las montañas en las partidas de Larráun y Araiz, y al- caide del castillo de Gorriti. En 1409, a la muerte de su padre, la infanta Juana, primogénita de Carlos !ll el Noble, le nombró merino ma- yor de las montañas, confiándole además la guarda del castillo de Gorriti, en atención a los servicios a la corona