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INQUIETUD Y ACTIVISMO Tres son las figuras señeras en la iconografía del epis- copado sudamericano: el quiteño fray Gaspar de Villarroel, prelado en las diócesis de Santiago de Chile, Arequipa y Charcas (Sucre) Bolivia; el catalán don Benito de Moxó y Francolí, arzobispo de Charcas, y el navarro don Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, obispo de Trujillo y arzobispo de Bogotá, precursor de la educación indígena y apóstol en el orden espiritual y material; llevado de su afán civilizador levantó escuelas, puentes, trazó caminos, creando nuevas poblaciones y elaborando curiosas estadísticas, que hoy sirven de pauta para conocer los siglos pasados, espe- cialmente el XVIII, con su decadencia y sus reformas, El lugar de su nacimiento es Cabredo, pueblecito en las estribaciones de la sierra de Codés y a orillas del Ega. Se conocen los nombres y apellidos de sus padres: Mateo Mar- tínez Compañón y María Teresa Bujanda. La fecha de su nacimiento es el 10 de enero de 1738. Realizó los primeros estudios en los mercedarios de Calatayud 3 én el colegio- universidad Sancti Spiritus de la villa de Oñate, de donde más tarde sería rector. Consiguió la beca de capellán en el colegio mayor de San Bartolomé, de Salamanca, el 7 de mayo de 1765. Ordenado sacerdote y graduado en esa universidad, se presentó a oposiciones a la canonjía doctoral de Santan- der, consiguiéndola a los 25 años; aparece después en 1767 presentado por el rey Carlos !ll para la chantría. de Lima. En el Archivo Eclesiástico de Santander se halla esta ano- tación remitida por su archivero don Agustín Vaquero Calvo: «Don Baltasar Martínez de Compañón, «Presbítero» colegial en el Viejo de San Bartolomé maior de Salamanca, Doctor, opositó a la Doctoralía de la Catedral de Santander con otros seis coopositores. Los electores eran 14; doce de sus votos fueron a favor de don Baltasar, que fue elegido Doctoral en el Cabildo Extraordinario de agosto de 1765, y en el mismo Cabildo se le dio la Colación y canónica institución de la Doctoralía, e inmediatamente la correspondiente posesión de ella con el rito y forma tradicional». A partir del 28 de marzo estuvo ausente en Madrid hasta junio de 1767, y en el cabildo del 1.” de julio de este mismo año se acordó, por unanimidad, que por haberse debido su ausencia a estar tramitando asuntos del cabildo, se le da por buena su primera residencia, a pesar de faltarle algún tiempo para cumplir con ella. En el cabildo del 17 de julio de 1767 se dice haber elegido al canónigo doctor don Do- mingo Antonio de Angulo, mediante la paga de 100 ducados, para que desempeñe provisionalmente el cargo de doctoral, pues don Baltasar Jaime Martínez Compañón emprendía ya el viaje a Lima en cuya iglesia catedral Su Majestad le había conferido la dignidad de chantre. Pa
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