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de 1786, en cuyo aviso hace una prolija relación del es- tado de su obispado, de sus producciones J de cuanto era necesario para hacer felices a aquellos sus diocesanos. [Res- pecto al mapa puede consultarse el antiguo Mercurio Pe- ruano, tomo ll. En el Archivo de Indias hay un mapa sin nombre ni fecha, pero es el ya citado. Ver Audiencia de Lima 117-6-12. Idem ver Audiencia de Lima, 683, donde hay una carta del obispo, 11 enero 1789, en la que consta que actuó de árbitro imparcial en el pleito entre obreros y pa- trones en el rico mineral de Hualgayoc, 1V]. 4) «Y último. Consta en varios oficios que dicho pre- lado dirigió a V.M. que por su extenuada salud y continuas tareas y cuidados, no pudiendo continuár y concluir su His- toria como lo deseaba, habiendo fallecido con este dolor, no procuró aliviarlo con el encargo particular que me hizo e su conclusión y presentación a V.M. [Carlos IV] siem- e que pudiese recopilar los apuntes sueltos, que anda- n extraviados, para su coordinación y arreglada coloca- ción, lo que en estos países cuesta mucho dinero, por ne- cesitarse de manos para ello y, por consiguiente, de unos costos, que en mi actual situación, me es imposible abso- lutamente, por la escasez de medios para el efecto», Finalmente desea complacer al rey, entregando lo que se le pide, pero desea cumplir la voluntad su obispo, redactando la famosa Historia, sufragando los gastos con una pensión, beneficio o canonjía, ya que se hallaba una vacante en Trujillo (Archivo de Indias, Sevilla, Audiencia de Santa Fe, 743). Parece que no se le concedió la pensión, beneficio o la canonjía trujillana, ni se redactó la Historia, pues no se conserva en el Archivo de Indias la nota de su envío, En el Archivo Nacional de Bogotá se conserva buena parte de la Historia tan zarandeada, en forma de manuscrito, en un volumen titulado «Miscelánea», y en los folios 11 al 139 y 356 a 365 se puede ver una Descripción del Obispado de Trujillo. En la sección manuscritos de la Biblioteca Nacional de Bogotá aparece el Códice n. 216 con una colección de mapas y dibujos duplicados de la ya conocida del Palacio Real de Madrid. Por otra parte, el contador de la aduana de Lima y so- brino del obispo, don Ignacio de Lecuanda, afirma que pa- ra la descripción de Trujillo y sus partidos (1789) se sir- vió «de las preciosas anotaciones del Ilmo. Sr. don Balta- sar Jaime Martínez de Compañón». («Mercurio Peruano», edi- ción Fuentes, t. 2”, p. 130). Se aprovechó el sobrino del manuscrito del tío; nos preguntamos si habría sacado una copia completa; si así fuera, hay esperanzas de hallarla en alguna parte, Los franciscanos de Ocopa, padres Sobrevie- la, Giral y Barceló, conocían la obra y los mapas, pues ha- blan de ellos en la obra histórica «Relación de sus viajes». POLVO DE LOS SIGLOS Las guerras de la independencia americana hicieron olvi- dar la memoria del obispo navarro y de sus escritos. En 1881, con motivo del Congreso Internacional de Americanis- tas celebrado en Madrid, el español Jiménez de la Espada dio a conocer la «Colección de Yaravíes Quinteños», tomado mz

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