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y pecadores, haga edificar aquí a mi nombre. una casa a la que se traslade la sede episcopal). Figura en un ma- nuscrito de la Biblioteca Nacional de París, atribuido a Pie- rre Odin, canónigo de Le Puy, fallecido en 1502. Es probable que la sede se trasladara desde Ruessium, la cercana población actual de Saint-Paulien, al monte Anis, hacia el siglo VI. El primer testimonio histórico sobre el santuario mariano de Anicium es del año 591 salido de la pluma de San Gregorio de Tours. Para entonces el templo de Santa María de Anis era ya famoso. El nombre primitivo de Anicium fue sustituido por el actual de Le Puy en el siglo X, aunque Louis Bourbon opina que el cambio se hizo en época más tardía. Una comuni- dad de canónigos regulares de San Agustín atendía el cul- to de la basílica. Aumentó el número de devotos y pere- grinos, no solamente de la comarca del Velay, sino de to- da Francia. La afluencia de visitantes contribuyó al enri- quecimiento de los eclesiásticos, señores de la población, convirtiendo al obispo y al cabildo en riquísimos señores feudales. El obispo era señor de la ciudad. Carlomagno lo reco- noció así. La Iglesia podense tenía también el señorío sobre varios feudos, incluso en el Bigorre. El cabildo canonical ejercía esta soberanía absoluta en todos los aspectos: ecle- siástico, político, económico y jurídico. Los bienes, rentas, limosnas y continuas donaciones, convirtieron a los ecle- siásticos en opulentos señores, permitiéndoles erigir en los siglos XI y XI! la soberbia catedral, el templo de San Miguel, el baptisterio de San Juan, y otras muchas construcciones. Uno de sus derechos, más tercamente defendidos frente a los señores de Polignac, fue el de acuñar moneda, La riqueza y el poder puso frente a frente a los obispos y canónigos, y a los vizcondes de Polignac, población in- mediata a Le Puy, dominada todavía por el soberbio castillo medieval, mudo testigo de un pasado esplendoroso, com- petidor con los señores eclesiásticos de Anicium. Las lu- chas entre la iglesia y los señores de Polignac se prolon- garon largo tiempo, adquiriendo a veces caracteres de lucha sangrienta, incluso dentro de la misma catedral. El derecho de acuñar moneda, uno de los debatidos entre ambos pode- rosos señores, fue por fin repartido entre ellos en 1173. Felipe Augusto sancionó el año 1218 los fueros de que ve- nían disfrutando los habitantes. Como sucedió en Compostela, Rocamadour, y otros san- tuarios notables de peregrinación, también en Le Puy se estableció con el tiempo un jubileo extraordinario de gra- cias y perdones, celebrado los años en que la fiesta de la Anunciación de la Virgen (25 de marzo) coincide con el Viernes Santo. La primera concurrencia de fechas se dio el año 992. Los jubileos conocidos arrancan de 1065 y ter- minan en 1932, año en que acudieron unas trescientas mil personas. Los próximos años santos jubilares "serán los de 2.0005 y 2.016. En Santiago de Compostela los años santos o «de la gran perdonanza» son aquellos en que la festividad del Apóstol (25 de julio) coincide con domingo. ; A mediados del siglo XI, el papa León IX certifica que «en ninguna parte recibe la Virgen María un culto tan filial, lleno de respeto y de amor de parte de los fieles franceses, como en la Iglesia de Mont-Anis, llamado de otra manera Puy de Santa María». La fama del santuario hizo pensar al pontífice Urbano ll en hacer de él la sede de un concilio en que había de proclamarse la Cruzada a Tierra Santa. Pero los accesos difíciles hicieron que se prefiriera la ciu- a Im
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