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levantada, en actitud de sostener algo, probablemente la manzana simbólica, hoy sustituida por un ramito de flores. El Niño aparece de frente, sobre la rodilla izquierda. A me- diados del siglo XVIl se le cambió de lugar, reintegrándolo a su primitivo sitio en 1944. Viste como la Madre. Los ca- bellos envuelven su cabecita. Bendice con la derecha y sos- tiene con la izquierda la manzana, Cabezas, cuellos y manos están pintados, mientras que el resto está sin decorar, se- gún dice el Becerro del Puy al anotar una reparación hecha en 1886. Ambos rostros son expresivos, los labios delgados dibujando una sonrisa, la barbilla un poco prominente, la nariz casi recta, las cejas enarcadas, los ojos regulares y muy abiertos, la tez oscura. En la cabeza de la Virgen se abre un hueco guardando una caja cilíndrica de madera con su tapa. El Becerro del Puy asegura que sirvió para guardar reliquias, librándolas de la profanación de los moros. En el vestíbulo del templo se conserva el arca o mueble donde, según la leyenda, fue encerrada la imagen para salvarla de la profanación de los moros invasores, sirvién- dole de nicho hasta que se construyó el retablo. De 1,55 metros de alto y 0,75 de ancho, dimensiones que se adap- tan perfectamente a la imagen del Puy, es un arca de ma- dera, como los oratorios que se estilaban en el siglo XIII, semejante al meuble-oratorio de Beauvais. La puerta de una sola hoja, con dos bisagras terminadas en flor de lis, está decorada al exterior con la escena de la Anunciación. Ar- cos ojivales forman doce hornacinas que cobijan a los doce apóstoles, cada uno con su libro y el instrumento de su martirio. CURIOSIDADES DEVOCIONALES A mediados del siglo XIX, el prior don José María Arras- tia, fallecido en 1895, afirma que apenas se celebraba la fiesta de la aparición de la Virgen del Puy, el 25 de mayo, absorbida su importancia por el sábado anterior al primer domingo de agosto, en recuerdo de la liberación de Fuen- terrabía (1638). El día 25 de mayo quedaba reducida la so- lemnidad a una misa cantada, a la que asistía escaso nú- mero de personas. El año 1856 se extendió el cólera morbo. La ciudad bus- có la protección de la Virgen, prometiéndole un obsequio. El ayuntamiento regaló el 25 de mayo de este año a la ba- sílica un manto y vestido de terciopelo blanco, bordado en oro. En estas circunstancias hace su aparición la «Herman- dad de sacerdotes esclavos de Nuestra Señora del Puy», Sus socios se comprometieron a guardar la fiesta del 25 de mayo, realzando el culto mariano en la basílica con salve, letanía y misa solemne. La «Asociación bibliográfico- mariana», establecida en Lérida, dedicada a difundir los es- critos en honor de la Virgen, premió la «Memoria» sobre el Puy, escrita por el señor Zorrilla Echeverría, en el cer- tamen de 1915. La Asociación contó con una sucursal en Estella, extinguida en 1936. El Octavo Centenario de las apariciones de la Virgen del Puy se celebró solemnisimamente en 1885, a lo largo de todo el mes de mayo. Acudieron peregrinos de la ciudad y de los pueblos vecinos. El 25 de mayo fue necesario sa-

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