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392 JESÚS-LUCAS RODRÍGUEZ GARCÍA Sí, escenas de éstas se dieron, pero no fueron las normales. Los religio– sos vivieron con fervor su vocación y con dolor el despojo de sus conven– tos, la destrucción de su patrimonio artístico y espiritual, la quema o el ro– bo de sus bibliotecas, etc. Es cierto que en siglo XIX la vivencia de lo religioso gana en intensidad lo que había perdido en extensión. El sentimiento religioso se exaltará es– pontáneamente. La gente del siglo XIX vibra ante las ideas y las experien– cias religiosas con más intensidad que en épocas pasadas. El sustrato cris– tiano del pueblo invade su vida, su recuerdo, su alma. El siglo XIX, siglo del romanticismo, es una época de contrastes. La vida espiritual se vive de forma individualista. La admiración por los anacore– tas solitarios, los ermitaños, contrasta con la incomprensión hacia los mon– jes y frailes que viven en comunidad. Es la edad de oro de los devociona– rios, que rezuman afectos de ternura. "Los visitantes de los monasterios abandonados o destruidos escriben comentarios melancólicos. Los claus– tros solitarios, los sepulcros destruidos, los altares arruinados les parecen -a los románticos del siglo XIX- ultrajes cometidos contra la religión y la cultura, porque leen en aquellas bellezas maltratadas una página elocuen– te del saber, las virtudes y hazañas de nuestros antepasados, el orgullo de la patria y la gloria de su cielo". 88 Un misionero franciscano, el P. Tiburcio Arribas, escribía en 1871 un libro alarmista titulado: "El misterio de iniqui– dad", y estaba dedicado a los jóvenes, "para su desengaño y preparación a los tremendos sucesos del fin". Ante los alarmantes signos de los tiempos: guerras, exclaustraciones, derrumbe de monasterios, muchos verán en esto el fin del mundo. Este citado libro "era una obra visceralmente antirrevo– lucionaria, síntesis simbólica y profética de las edades del mundo, llena de pesimismo radical hacia todo lo humano, pues "el mundo se halla moral– mente físico". El lenguaje tremendista, el simbolismo fantástico de las lu– chas entre el Dragón, la Bestia o el Anticristo contra la imponente majes– tad de Dios, las personalísimas interpretaciones e identificaciones entre el mundo temporal y celeste, el escapismo, el fin, hacia horizontes fantásticos, hacen de esta obra una de las muestras más significativas de nuestro tardío romanticismo religioso".8 9 88. Manuel Revuelta González, Ibídem, 226-227. 89. Manuel Revuelta González, "Religión y formas de religiosidad... ", Madrid 1989, 227- 228. El título completo del libro del fray Tiburcio es "El misterio de iniquidad o conjuración sa– tánico-humana contra Jesucristo, su principio y elaboración en siglos anteriores, su desarrollo y complemento con la revolución protestante-filosófico-espirilista, y su pavorosa terminación por el Anticristo y sus hordas ya formadas"...por un misionero franciscano, Madrid 1871, 517 pp. En la misma nota, Manuel Revuelta González, recuerda que el autor de este libro es el P. Tiburcio Arribas, según una noticia aparecida en el periódico "El Pensamiento Español", n. 3.553, del día 15 de septiembre de 1871.

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