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EL CONVENTO FRANCISCANO DE SANTA MARÍA DE LA PAZ DEL SOTO (VILLANUEVA DE CAMPEÁN) 347 co, como fiesta de precepto, "por la excelsa prorrogativa de merecimientos a que Dios sublimó a su siervo Francisco"; su padre, Enrique III, llamado el Doliente, ya era un gran devoto del santo y había nacido el día de su fiesta. Muy frecuente era el caso de personas reales de la nobleza que pedían ser enterradas con el hábito franciscano. En torno a 1380 la tercera orden franciscana había alcanzado su auge. 2 2. Los MOVIMIENTOS DE REFORMA EN LA ORDEN FRANCISCANA La historia del franciscanismo no puede leerse sino a la luz de una re– forma incesante. En la segunda mitad del siglo XIV pululan en España (al igual que en Italia, Francia, Hungría) brotes reformísticos de acentuado carácter ere– mítico. Bien entrado el siglo xv toma cuerpo, principalmente en Italia , el gran movimiento de la observancia franciscana que provocará la división defi– nitiva de la orden en observantes y conventuales. Fray Pedro de Villacreces, vallisoletano de nacimiento, es el padre de la reforma franciscana en España. Tras graduarse en teología por la Univer– sidad de Salamanca, obtuvo en 1395, de Benedicto XIII, autorización para retirarse al yermo. Asesorado por el prior de los Jerónimos de Guadalupe, empieza a llevar vida eremítica en una cueva de Arlanza (Burgos). Se es– tablecen luego en La Salceda, "Scala Coeli " (Guadalajara). En 1403 lo ha– llamos en "Domus Dei" de La Aquilera, convento por él fundado entre Aranda y Roa , cuna de la reforma. Discípulos suyos serían los célebres franciscanos Pedro de Santoyo y Lope de Salazar y Salinas. Otros refor– madores franciscanos van a ser Juan de la Puebla, Juan de Guadalupe, Juan de Zumárraga y san Pedro de Alcántara. 3 El vasto movimiento franciscano que abarca la primera orden, la se– gunda (de monjas clarisas) y la tercera, no puede ser objeto de este estudio más particular. Sin embargo, es preciso recordar los puntos esenciales. Nos dice Melquíades Andrés que "la descalcez había tenido su inicio a media– dos del siglo xv entre los franciscanos de Castilla, pero fue represada por los observantes, también castellanos, hasta los últimos años de la misma 2. Cf. Isidoro Agudo de Villapadierna, "La imagen de san Francisco en España '" en Fran– cesco D 'A ssisi ne/la s1oria. Con vengo di studi:secoli Xllf-XV, Roma 1983,300-30 1.Véase tam– bién: Isidoro Agudo de Villapadierna, "La tercera orden franciscana en España en el s. XV" en JI movimento francescano della penitenza ne/la societd m edioeva/e, Roma I980, 125-144. 3. Cf. Jesús-Lucas Rodríguez García,"La identidad capuchina a partir de los documentos y testimonios del primer siglo (1525-1560)" en Estudios Franciscanos 94 (1993) l 95-196.

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