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EL CONVENTO FRANCISCANO DE SANTA MARIA DE LA PAZ DEL SOTO (VILLANUEVA DE CAMPEÁN) Aún se levantan majestuosas las ruinas del que fuera ya desde el siglo XIV un notable centro de espiritualidad franciscana. Al lado de la histórica calzada romana de la Vía de la Plata que unía Mérida con Astorga, medio de comunicación esencial en la parte occidental de la Península Ibérica du– rante tantas y tantas centurias, paso obligado para muchos peregrinos de buena parte del sur que iban penitentes a Santiago de Compostela, senda bien estimada por los invasores árabes, cañada real, cerca de este camino de tanto ajetreo (hoy apenas imaginable) se fundó el convento de la terce– ra orden regular de san Francisco. Su nombre inicial sería el de Santa Ma– ría de la Paz del Soto; con el paso de los años se le conocería, en forma más coloquial, como el convento de Santa María del Soto, incluso convento del Soto. Al lado del convento se encuentra el pueblo de Villanueva de Cam– peán. Su historia ha ido irremediablemente unida al cenobio franciscano desde la alta Edad Media escondida en la bruma de los tiempos. Los datos para hacer una historia de este convento de Santa María de la Paz del Soto no son abundantes; las guerras y, sobre todo, la exclaustra– ción de 1835 tienen la culpa. Ha desaparecido mucho material histórico, artístico, bibliográfico. No obstante, con un buen grado de paciencia y buen ánimo veremos cómo la historia de este lugar no quedó totalmente en la noche del olvido. Para intentar acercarnos a los enigmas que supone el retrotraernos en el tiempo, a tantos siglos, es necesario que vayamos poco a poco desgra– nando los elementos básicos que supusieron el origen y avatares del con– vento desde su más remota existencia. ESTUDIOS FRANCISCANOS 105 (2004) 345-407