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362 JESÚS-LUCAS RODRÍGUEZ GARCÍA los terciarios regulares de la provincia franciscana de Santiago. Por eso el convento de Villanueva debió de tener este origen. Fruto de esta proliferación de la vida eremítica, donde no se seguía una determinada regla religiosa, surgieron los terciarios regulares francisca– nos, sin necesidad de tener que recurrir a una evolución de la tercera orden secular. 31 El convento de Villanueva de Campeán, perteneciente a la diócesis de Zamora, a unos 20 kilómetros hacia el sur de la capital, se realizó, con to– da probabilidad desde el monasterio de San Román, situado al norte de la misma provincia. "No sabemos cuándo tuvo lugar esta fundación, pero por las referencias que nos dan, parece que la tercera orden regular ya se ha– bía institucionalizado, puesto que los hermanos fundadores procedían, al parecer, de otros conventos y los patronos desconocidos hicieron la oferta a la orden como tal, según indicios del texto" 32 (la bula de Benedicto XIII de 1403). Antes del convento hubo una ermita, según nos lo indica la bula de Be– nedicto XIII del año 1403. Pero antes de recibir esta bula, los frailes ya es– taban en Santa María del Soto desde 1350 en adelante. Los patronos de la iglesia la ofrecieron a los frailes de la tercera orden regular de san Francis– co. A continuación edificaron el convento junto a la iglesia. El Papa pidió al arcediano de Zamora que pusiese los papeles en regla para que esos frailes tuvieran el permiso de estar allí perpetuamente. De la antigua ermita no se conserva nada. Puede que tuviera las carac– terísticas del románico; aunque no podemos asegurarlo. Esta zona de Za– mora cuenta con edificios románicos, como la iglesia de Fuentelcarnero, lugar donde este convento de Villanueva tuvo posesiones como más ade– lante podremos comprobar. Desde 1403, a los moradores de la ermita se les dispensa de pagar diez– mos por los frutos de las tierras adjuntas, si las cultivan ellos directamente o si los productos son para su propio consumo. La fundación canónica del convento (aunque ya existiera vida regular en él desde hacía años) tuvo lugar en 1406, como lo indica el título de un pergamino: "Una escritura en pergamino de la fundación del monasterio, que antes era ermita, signada de Alonso Martínez, clérigo, en tres de sep– tiembre de mil y cuatrocientos y seis años". En 1407, el obispo de Zamora, Antonio de Illescas, confirmó unos estatutos o constituciones propias para este convento que, por cierto, son las constituciones más antiguas de un 31. Cf. Manuel de Castro, ·'La provincia franciscana de Santiago, ocho siglos de historia" en Liceo Franciscano 106-108 (1983) 252-253. 32. Salvador Cabot Rosselló, " Libertades y servidumbres de la tercera orden regular de san Francisco o la guerra de las bulas (siglo xv)" en Analecta TOR, 160 (1997) 76.

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