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EL CONVENTO FRANCISCANO DE SANTA MARÍA DE LA PAZ DEL SOTO (VILLANUEVA DE CAMPEÁN) 361 "A lo largo del célebre 'Camino de Santiago' existía una tupida red de hos– pitales para pobres y peregrinos, algunos de ellos fundados o regentados por comunidades de la tercera orden". 28 Estos conventos de terciarios regulares se extendieron rápidamente por el noroeste peninsular. El servicio a Dios en sus eremitorios y la asis– tencia a los pobres y enfermos en sus hospitales fue, como ya hemos seña– lado, su principal trabajo apostólico. Cada casa o comunidad era autóno– ma. A principios del siglo xv no hay indicios de que estos eremitorios estuvieran bajo la jurisdicción de los provinciales de la primera orden fran– ciscana. Sus superiores eran de la tercera orden franciscana. Ello lo pode– mos ver en el breve de Benedicto XIII "Sincerae devotio" de 9 de sep– tiembre de 1403, ya que si dirige al ministro general y demás ministros de la tercera orden de Castilla y León. 29 Con la decretal de Eugenio IV, "lniunctum nobis" del 6 de febrero de 1443, dirigida a los terciarios regulares de Castilla y León que hacen vida en común en sus conventos, el Papa les dice que en sus capítulos generales eli– jan un religioso sacerdote para el cargo de visitador, que sea visitador de to– do, con autoridad suprema sobre terciarios y terciarias regulares. El oficio duraría 3 años. Aquí no se dice nada de que los terciarios regulares estuvie– ran sujetos a la jurisdicción de los ministros franciscanos de la primera orden. Sin embargo, a partir de la carta de Julio II, "Exponi nobis fecistis" de 5 de octubre de 1507 y "Exponi nobis fecistis" de 7 de enero de 1501 (otra carta de Julio II con el mismo nombre), se intenta poner a los terciarios re– gulares bajo jurisdicción de los ministros franciscanos de la primera orden. Hay tiranteces hasta que en 1567 se intentó, como sabemos, reformar a los terciarios regulares agregándolos a los observantes. A mediados del siglo XVJ, los terciarios regulares tenían tres provincias en España: Andalucía, Castilla y Galicia. 30 Durante siglos, los terciarios fueron considerados sometidos a la juris– dicción del ministro provincial franciscano de Santiago. Los terciarios regulares nunca se preocuparon de escribir su historia. Pese a su gran vitalidad y pujanza, por falta de documentación no conoce– mos muchos datos. El terciario secular franciscano, Alfonso Fernández Pecha, obispo de Jaén de 1358 a 1368, formó junto a su hermano Pedro, un nutrido grupo de terciarios regulares dedicados a la vida eremítica. Fray Alfonso de Mellid, terciario regular amigo de los hermanos Pecha, es el gran organizador de 28. Isidoro de Villapadierna, Ibídem , 135. 29. Cf. Manuel de Castro, "La provincia franciscana de Santiago, ocho siglos de historia", en Liceo Franciscano, 106-108 (1983) 254. 30. Cf. Archivo General de Simancas, Patronato Real, 23-177.

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