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358 JESÚS-LUCAS RODRÍGUEZ GARCÍA - Obispado de Plasencia: Grimaldo (Plasencia). - Obispado de Caria: Santiago de Monteclavo (Hoyos), Mohedas. - Obispado de Ciudad Rodrigo: Santispiritus (Ciudad Rodrigo). - Arzobispado de Sevilla: Valle (Sevilla), Santa María de Jesús (Lebrija), Sanctispiritus (Burguillos), Consolación (Osuna), Vera Cruz (Jerez de la Frontera), San Juan de Moramina (Niebla), San Juan (Alfarache), Caños Santos. - Obispado de Córdoba: Madre de Dios (Córdoba). - Arzobispado de Granada: San Antón. - Obispado de Málaga: Santa María de Jesús (Antequera), Remedios (cerca de Antequera), Caños Santos (Tomillas). - En Alcalá la Real estuvo el convento de La Consolación o San Antonio. - En la Corona de Aragón hubo otros conventos que en tiempo de Feli- pe II habían desaparecido o pasado a otras órdenes religiosas. 23 Todas estas casas o conventos, formaban una congregación de la tercera or– den regular. Como veremos más adelante, Felipe II reformará la tercera orden regu– lar masculina desde 1568 a 1598 (final de su reinado). Todos los frailes ter– ciarios tuvieron que hacerse frailes de la observancia franciscana. Esto era hacerlos pasar, a la fuerza, de una orden a otra. Al convento de Villanueva, al de Santa María de la Paz del Soto, también le tocará pasar por ello. La tribu– lación se abatiría sobre la congregación de la tercera orden regular, llegando a una desaparición jurídica y práctica. 24 Al morir Felipe II, la congregación iniciará una nueva vida bajo un régimen distinto. La idea prevista había sido que al hacerse frailes de la observancia franciscanas volvieran a mejores cos– tumbres, a vivir más radicalmente. Era, en definitiva, aplicar la Contrarrefor– ma del Concilio de Trento a los religiosos franciscanos de España. Su forma de vida evangélica se basaba, en la mayoría de los sitios, en el trabajo de la hospitalidad, siempre unido al trabajo manual, viviendo en de Santa María Magdalena de Cerezal, situado en una de las vías que conducen de Astorga a Santiago, una casa para un ministro y algunos frailes de la tercera orden de san Francisco pa– ra que cuiden de los peregrinos. El papa le concede el cuidado de los peregrinos a la comuni– dad religiosa y también todos los privilegios acostumbrados a estos eremitorios". Salvador Cabot Rosselló, ·'Libertades y servidumbres de la tercera orden regular de san Francisco" en Analecra TOR, 163 (1999) 173-174. 23. Esta lista es muy segura. Fue enviada por Felipe II a los provinciales y obispos res– pectivos, a fin de que fuesen visitadas o reformadas (hacerlas pasar a los conventos de la ob– servancia franciscana). Entre la orden tercera regular femenina fue corriente el que se hicie– ran clarisas. 24. Cf. Tarsicio de Azcona, "La tercera orden regular de san Francisco en España" en CONFER 77 (]982) 169.

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