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296 JES(:S-Ll!CAS ROORÍGLEZ GARCÍA Para calificar los daños de las exclaustraciones no existen palabras. Es uno de los episodios más vergonzosos de nuestra historia. «Las expropiacio– nes forzosas de las fincas pertenecientes a la Iglesia, fomentaron la pérdida de respeto hacia una institución que hasta entonces se había considerado intocable. Mucho tiempo de despotismo se acumuló sobre la conciencia de las gentes humildes que a partir de ahora. a veces invitadas por la militancia carlista de los púlpitos, a veces alborotada por los discursos incendiarios de las Cortes, acompañarán los avances en la conquista de las libertades con explosiones anticlericales que arrasan conventos, destruyen iglesias y matan frailes y monjas. Tras siglos de mirar a la Iglesia con ojos sumisos, el pueblo español cambiará los cirios de las procesiones por las estacas del lincha– miento, inventando su propio anticlericalismo....Un movimiento de larga duración a veces manipulado por la burguesía con el fin de defender los otros poderes políticos y económicos de la cólera de las masas» 81 . En la historia del siglo XIX español aparece la controvertida figura de Napoleón Bonaparte. Habiendo éste planeado el destronamiento de los reyes de España y hacer del país un reino vasallo de Francia, obliga en Bayona a renunciar a Carlos IV y a su hijo Femando VII, ambos en guerra entre sí. España queda sin rey y Napoleón entroniza a su hermano José Bonaparte. Nada más abdicar los monarcas, el pueblo madrileño se levantará en armas contra los franceses; recordamos la famosa fecha del 2 de mayo de 1808. Los religiosos sentirán con dureza la invasión y represión napoleónica. Con un ejército de 300.000 soldados, entra en España y restablecerá a su hermano en el Trono. Los atropellos serán indescriptibles. Tras la derrota que sufre Napoleón en España, en Rusia y en la sangrienta batalla de «leipzig» o de «Las Naciones» (18 l 3), pacta con Femando VIl su libertad (tratado de Valencia, 1813). En marzo de 1814 Femando VII estará en España. Comienza dando un golpe de Estado en Valencia, aboliendo la obra de las Cortes de Cádiz, la famosa Constitución de 1812. Contra los partidarios de estas Cortes de Cádiz, lanzó una dura persecución que hizo aparecer muchos odios. Las guerras y desórdenes se iban a suceder de continuo en este movido siglo XIX, mientras el imperio español se derrumbaba. La invasión francesa fue tácticamente aprovechada por las florecientes repúblicas americanas, antiguas colonias de España. Durante el reinado de Femando VII estas independencias se sucederán sin parar. 81 Fernando García de Cortázar, llisrorin de füpnfin. De Arnpuercn ni euro, Barcelona 2002, 191.

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