BCCCAP00000000000000000001723

284 Jl.:SÚS-LUCAS RODRÍGUEZ GARCÍA montañas de León y Sanabria les hacían regresar al sur. También éste paso fue el de miles de familias que iban y venían para cuidad de esos ganados. A lo largo de este camino de vida, de trasiego (hoy difícilmente imagi– nable), nacieron muchos pueblos, mesones 54 . Unas de las bellezas de Villanueva de Campeán es, sin duda, el convento. Este convento de Santa María de la Paz de la orden tercera regular de la penitencia franciscana, nacido entre sotos de chopos, álamos y olmos. «La paz era lo que siempre había predicado san Francisco. Su saludo de «¡paz y bien!» ha sido herencia para todos los miembros de la familia franciscana a lo largo de la historia» 55 . José Ramón Nieto González esboza una notable descripción artística del convento de Santa María del Soto: Sus dependencias conventuales están al mediodía de la Iglesia. Así se ha hecho en los demás conventos casi siempre. La fachada se alinea con lo que debió de ser la entrada principal al cenobio. La ruinosa tapia que lo circunda no muestra belleza artística notable (aunque siempre debemos de ver este edificio con calma pues aún conserva multitud de detalles que inclinan hacia la belleza). La iglesia conventual, con planta de cruz latina, conserva sus gruesas paredes casi intactas. Lo que poco a poco se ha ido cayendo son las cubiertas. Mi recuerdo infantil del convento guarda imágenes de varias dependencias que aún estaban cubiertas por los tejados; poco a poco, por abandono, se han ido desmoronando. El crucero se cubría con cúpula sobre pechinas y los brazos con bóvedas de medio cañón, descargadas sobre sus correspondientes pi lastras cajeadas. La nave también volteó bóveda de medio cañón con arcos fajones que cargaban sobre ménsulas adornadas con placas. La fachada principal, junto al ímafronte, es la mejor conservada. Su sillería es isódoma, buena. Con puertas adinteladas, todo el hastial se divide en calles por pilastras estriadas en el cuerpo bajo, mientras que las del superior adornan sus fustes con sartas de frutos y flanquean, en las calles laterales, hornacinas aveneradas y rematadas con frontones partidos que apoyan sobre pilastrillas festoneadas. En estos nichos, con roscas y albanegas muy decoradas, se guarnecen dos esculturas de piedra, decapitadas, por lo que una resulta inidentificable, mientras que la otra parece ser san Francisco ~• Cf. Hcrminio Ramos Pérez, Zamora. rll/a sentimemal. Zamora 2001, 397-389. El autor recopila una colección de artículos publicados en el diario «El Correo de Zamora»; éste, en concreto, hace referencia a un artículo del 20 de octubre de 1984. 55 José Ramón Nieto Gonzálcz, Catálogo 111011w11e11tal del partido judicial de Zamora, Madrid 1982, 336-337.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz