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CL CONVC.\ITO FRANCISCA:--1O DE SANTA MARIA DE LA PAZ 255 rarían de nuevo una cie1ta autonomía. aunque el ministro general de la observancia franciscana conservaría el derecho de confirmar el visitador y de visitar todas las casas de los terciarios cada 5 años; pero esto caería en desu– so, tal vez por la imposibilidad de llevar a cabo estos enormes recorridos. La congregación de España de la tercera orden regular, pronto tuvo tres provincias religiosas. Estos frailes tendrán sus propios visitadores provincia– les que desde 1625 tomaban parte en los capítulos generales de los frailes de la observancia franciscana. A partir de 1670 tuvieron derecho a un definidor general, que debía ser elegido de la congregación española, tan poderosa en aquél tiempo. En 1625, en España, la congregación de la tercera orden regular mascu– lina contaba con 40 conventos y 860 religiosos. Uno de esos conventos, claro está, era el de Santa María del Soto. En 1700 la tercera orden regular tenía 20 provincias religiosas (recorde– mos que 3 de ellas en España), 217 conventos y 3991 religiosos 9 . Lo que pudiéramos llamar la prehistoria de la tercera orden regular de san Francisco es larga. Sus frailes y monjas existieron desarrollando una actividad penitencial y caritativa sin preocuparse mucho de hacerse notar. Ya en 1295. hemos de recordar, que el papa Bonifacio VIII permitía a los hermanos de la penitencia de Alemania del Norte, que llevaban vida en común, levantar en sus residencias unos oratorios donde celebrar los oficios divinos. Casas parecidas abundan a finales del siglo XIII. En el curso del siglo XIV fue aumentando en tal forma el número de agrupaciones de uno y otro sexo, que fue preciso darles una organización más rígida y centralizada. El carácter libre e incontrolado de los primeros tiempos daba paso a una mayor estabilidad. Varias comunidades de una misma diócesis, de una provincia o de una nación, formaban una congrega– ción. Recibían del obispo del lugar o de los superiores de la primera orden franciscana autorización para celebrar sus capítulos y elegir a sus superiores. La congregación de terciarios regulares consiguió su autonomía en España en 1442, en Italia en 1447, en Irlanda en 1456, en Dalmacia en 1473, etc. El convento de santa María del Soto tuvo su origen, como más adelante veremos. a partir de un eremitorio preexistente. Pero está claro que una de sus actividades fundamentales. además de las de llevar vida religiosa en común, servir al culto del oratorio y predicar por los alrededores, fue la de hospedería conventual para los peregrinos de la Vía de la Plata. Escribe el P. 9 Cf. Lázaro lriarte, llistoriafranci.1ca11a. Valencia 1979, 544-547.

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