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408 JOSÉ ÁNGEL ECHEVERRÍA frascarse en los archivos romanos, sobre todo en el Archivo Secreto Vati- cano, y en los nacionales de España: el de Simancas y el de la Corona de Aragón fundamentalmente. Desde entonces ha dedicado amplias temporadas a la investigación archivística, siendo becado en 1961 por la Fundación March para investigar en archivos de Italia especialmente significativos para la historia de España (Roma, Milán, Venecia, Nápoles). Más recientemente consultó asiduamente los archivos de Pamplona, tanto el Archivo General de Navarra como el diocesano, el municipal y el de protocolos notariales. Fruto de estas investigaciones fueron sus monografías sobre el convento de capu- chinos de Pamplona Extramuros (2006), sobre Azcona de Yerri, su pueblo (2011), y sobre el Valle de Yerri (2009, 2012). En su Provincia capuchina de Navarra-Cantabria-Aragón el P. Tarsicio desempeñó distintos cargos y oficios relacionados con la historia menuda o microhistoria de la provincia, así como con el ministerio sacerdotal. En 1953 fue nombrado director del Boletín Oficial de la Provincia , cargo en el que se mantuvo hasta 1963, en un tiempo en el que el director escribía casi íntegra- mente el boletín. Durante muchos años redactó las notas necrológicas de los religiosos fallecidos, tanto las firmadas como las demás, y la sección de la “bibliografía de la provincia”, donde se presentaba la producción literaria de los religiosos. Desde 1953 hasta el año 2002 fue también archivero de la provincia, teniendo que proceder durante los años 1998-2000 al traslado del Archivo Histórico Provincial desde su ubicación en el antiguo convento al edificio actual, construido expresamente para su colocación. Durante algún trienio (1960-1963) tuvo que dedicarse a la dirección general de los estudios de la provincia, cuando hubo que adaptar los planes de estudio de los semi- narios de la Iglesia a las exigencias provenientes del Ministerio de Educa- ción. En el capítulo de 1969 fue elegido definidor (consejero) provincial, cargo que ocupó durante un trienio y que le llevó como visitador, en 1972, a la custodia de Chile, nombrado como tal por el ministro general P. Pascual Rywalski. En la parroquia de San Pedro, sita en el convento de la Inmaculada de Extramuros, la colaboración del P. Tarsicio en los ministerios parroquiales y conventuales ha sido constante y cotidiana, hasta hoy. Así en sus años jó- venes dirigió la misa de niños y la catequesis y sirvió con charlas de forma- ción y el ministerio de la confesión a distintas comunidades de religiosas del barrio y de la ciudad. Esto le hizo ser una persona muy conocida y popular en el barrio extramural de San Pedro. En la diócesis de Pamplona el P. Tarsicio fue conocido desde los años cincuenta del siglo xx . En 1958 fue nombrado por el obispo censor sinodal y en 1962 miembro de la comisión diocesana de liturgia, desde donde parti- cipó en la campaña de renovación litúrgica que se llevó a cabo en la diócesis, por medio de cursos organizados para sacerdotes en Pamplona y en otros puntos céntricos de Navarra. Esta campaña puede considerarse como el punto de partida del movimiento litúrgico en la diócesis, auspiciado en la