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430 JOSÉ ÁNGEL ECHEVERRÍA artículos en los periódicos más solícito, ni animador, crítico o consejero mejor que él. Venciendo todo pudor, voy a citar los tres últimos, porque quiero que el lector los admire, como los admiré yo y algunos de mis amigos que los conocieron. Me escribía en el correo del 21 de marzo de este año: Querido Víctor Manuel, me complace verte blandiendo tu espada en defensa correcta del “Fuero”, aunque me encanta también que me describas cualquier pueblo, castro o valle de Navarra. Dinos el secreto de tu polifonía para saber tanto de campesino y certificado como historiador. A eso iba, a que el Gobierno de Navarra me publicó el libro “de campesino a historiador” y a que tienes un ejemplar a tu disposición para cuando bien te venga pasar por esta casa. Aunque cede el árbol, se mantiene tieso, leyendo tu Cuaderno de bitácora. Te auguro salud por muchos años y sus felices primaveras. Tarsicio. En otro correo del 1 de abril, en el que me comentaba varios temas de la bitácora y un vídeo que le envié, acababa diciendo que no estaba tranquilo hasta no saber que tenía su libro en mis manos. Publiqué en la bitácora, como arriba dije, un breve comentario sobre su libro el día 12 de abril. El día 19, recibía su último mensaje y su respuesta a mi felicitación de Pascua: VM, te deseo una bendita y santa Pascua, en el Día, su octava y cincuen- tena. No estoy para mucho, pero estoy contento con el tono espiritual, to- mando tu Bitácora día a día, válida más que el paracetamol. La explicación de las “construcciones evangélicas” viene bien repasarla cada poco tiempo. Gracias por haber leído mi conciso libro y haberle colgado esas tres meda- llas. ¡A ver cómo lo recibe la opinión pública! Te auguro que mantengas tu mente en primavera como una pascua. Tarsicio. Antes de su inhumación en el carnario capuchino de Pamplona, le des- pedí así, en nombre de todos los presentes y de los incontables ausentes que le debían respeto, gratitud y admiración: Hasta Dios, frater Tarsicio, sabemos que alzaste el vuelo. Paz y Bien es ese cielo, Dios en su pleno ejercicio. Bien remataste tu oficio: ya es eternidad la historia, ya la finitud es gloria y gozo el penar humano. ¡Maestro, amigo y hermano, Dios te guarde en su memoria! J osé Á ngel E cheverría Facultad de Teología del Norte de España. Sede de Vitoria

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