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1776 LAS OBRAS IMPRESAS DEL c) Otra dificultad nace de una frase que se lee en la décima número 7. La mayoría de las ediciones dicen así en este lugar: "··· mas quiero satisfacerte / CIN– CUENTA años de ofenderte/ con muchos siglos de amarte». Fray Diego no cumplió los cincuenta años hasta el 1793, mientras esta edición primera de los Afectos se imprime en 1776; cuando él sólo cuenta treinta y tres años de edad. Ahora bien: si -él es el autor, ¿cómo pudo escribir "cincuenta años» cuando apenas había pasado ,de los treinta? No nos parece tan irrebatible este argumento, Fray Diego pudo escoge, ese número por muchas razones: por ejemplo, porque le venía bien para el verso, o porque re– :presenta mejor el término medio de la vida humana. Tampoco estaba obligado a darnos .en estos versos la' cronología de su vida, distmguiendo en ellos las épocas de disipación y las épocas de fervor. Además, críticamente tampoco es muy segura -la lectura de ,,cincuenta» en el verso citado. ·Precisamente la edición preparada por el padre Serafín ,de Castro, impresa en Córdoba en 1824 (núm. 139), lee "veinte años» en lugar de ,,cincuenta», lo cual es mucho más conforme con la realidad histórica, pues, en nú, meros redondos, ésos eran los años que fray Diego tenía cuando se convirtió -como él dice- a vida de perfección. Y aunque las ediciones que leen "cincuenta» son mucho más antiguas y más numerosas, no olvidemos que aparecen por Cataluña, lejos de la fuente original, a través de no sabemos cuántas copias manuscritas, transmitidas de mano en mano; iniemras que el padre Serafín de Castro por fuerza tuvo que co– nocer y tratar a fray Pablo de Sevilla, depositario y editor de tantos autógrafos de nuestro santo apóstol, y, por consiguiente, pudo informarse mejor sobre la verda– dera lectura del citado verso; de manera que, aun sólo desde el punto de .vista crítico, quizá tenga más valor el texto que nos da el padre Castro que el que traen las más antiguas ediciones. 4. Veamos ahora algunos argumentos pos1t1vos en favor de la autenticidad! de Jos Afectos. Fúndanse en los testimonios de · los contempotáneos de fray Diego. No son, quizá, muy explícitos,· pero sí lo suficientemente claros y concluyentes para probar . sólidamente nuestra hipótesis. a) En primer lugar, el testimonio del padre LUIS ANTONIO DE SEVILLA. Verdad es que, al hablar este biógrafo acerca de los escritos de fray Diego, ni enumera los Afectos entre las obras y opúsculos impresos en vida de nuestro Beato, ni tampoco entre los inéditos (Vida, p. 593-6o3). Sin embargo, bien se echa de ver que no ha pretendido catalogar una por una las composiciones poéticas del santo mi– sionero, contentándose con nombrar los. "dos poemas o epitalamios» y la «Aljaba mís– tica» (en este Catálogo, núms. 9. 56 y 51, respectivament,'): y luego añade, en ge, neral: "Las poesías que con objetos espirituales compuso descubren con una gran piedad y pureza el fuego, naturalidad e invención que basta para confesar que ni en esto era su talento de lo común» (p. 599). Palabras que son mucho más verídicas si se extienden también a los discutidos Afectos. Pero hay, además, en la Vida escrita por el padre Luis Antonio una alusión tan clara a los Afectos como originales del misionero capuchino, que constituye, a nuestro parecer, un argumento muy poderoso en favor de la autenticidad. Al hablar de la de, voción de fray Diego a la Humanidad de Jésucristo (lib. I, cap. XI) y particularmente de su sagrada Pasión, pondera el padre Sevilla cómo en todas sus acciones procuraba nuestro Beato imprimir en su corazón la imagen de Jesús crucificado, incluso cuando 6-

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