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INTRODUCCIÓN o supuestos, iba siguiéndole constantemente y popularizando más sus vir, tudes y su fama. Los ,biógrafos contemporáneos de fray Diego lo habían advertido· y lo hicieron notar expresamente; y a esto obedece que ·confecciona'ran la lista de las obras que el Beato había escrito y la publicaran, desde la primera edi– ción de la biografía compuesta por el padre Serafín cle Ardales (véase pá, gina 287 de este Catálogo) hasta las tres ediciones 'de la NOTICIA (páginas 277, 278); y' sobre todo ésa fué la causa de la nota que indefectiblemente se añade a dicha lista, advirtiendo al lector de la desaprensión de muchos, im– presores• . En nuestr~ Catálog·o hemos registrado las diversas obras y romances pu– blicados a nombre del Beato que han llegado a nuestro conocimiento,; y en las anotaciones de cada número hemos advertido su origen espúreo, señalan, ,do también en el índice I (el de Obras) con dos asteriscos las que no son originales o que falsamente se dicen re~omendadas por él. Pueden verse. los · números 165 y 260, 207, 232, 233, 235, 241, 245, 248, 253 y 257. Pero téngase muy en cuenta que sólo hemos registrado una' ínfima parte de los escritos de este género que, respaldados falsamente por el nombre de fray Diego, invadieron a España. No fueron pocos los disgustos que tales. impresos ocasionaron al santo capuchino. De algunos tuvo noticia y procuró protestar como pudo; de otros se formó proceso ante el Tribunal de la Inquisición; pero ni ésta, ni el Beato pudieron atajar la indiscreta devoción del pueblo ni la codicia de al, gunos impresores. En carta del 31 de. marzo de 1780, fray Diego avisa al padre González: «R~mito a usted, para que se entretenga, ese impreso de unos versos que compusieron en Jerez, y habiendo llegado acá, los han querido imprimir, ignorándolo yo, y los ciegos los venden por las calles» (DP 397). En contra de lo que anota el padre Va1lencina (ibid., página 398), no creemos que estos versos sean las Décimas y lamentos de Lucifer que él apunta (registradas por nosotros en el número 1.32), porque parece que éstas no se divulgaron ha.sta la última misión del Beato .en Cádiz y Jerez, en abril de 1798. Con motivo de la próxima misión de fray Diego en Madrid, el padre González le escribe en enero de I 783 acerca de unas letrillas publicadas a su .nombre: «Sobre la corte hay vivos de~eos de que llegues, y no poco temor de que abunden libertinos que andan sembrando con anticipación la cizaña. Tú sabes que te han atribuído unas ,indignas éoplillas a los doiores de la San– tísima Virgen, y yo sé mucho más que a ·la vi.sta te diré, y que, ~visado de los señores de la corte. he tomado prenda en proporcionarte lo que más XXXV