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INTRODUCCIÓN dicación maravillosa y eficacísima, ;í su ideología; y porque determinan la posición adoptada por él frente al terrible problema religioso debatido en el siglo XVIII, entre la fe sana y costumbres austeras del pueblo español, por una parte, y por otra, la subversión de todo. lo divino, con la consi, guiente relajación de costumbres y ruina material de nuestra patria, que llevaba en su seno la «Ilustración». Además, así se comprenderá mejor la im, portancia histórica que tienen las obras de nuestro santo misionero. Para concretar mejor el pensamiento de fray Diego, tan disperso en obras de carácter muy vario, e:,s:aminemos estos tres aspectos del mismo, esen, cialmente relacionados con el problema religioso ya dicho, único que exis, tió para él: a) su lucha contra la «Ilustración» en el terreno dogmático y su defensa intrépida de la doctrina de la Iglesia; b) su posición netamente españolista ,en los asuntos nacionales y políticos. pero siempre como deriva, ción del problema religioso y con miras a él; c) sus ataques directos a los intelectuales «ilustrados», causantes de la infiltración de las ideas nuevas en nuestra patria. Sólo aduciremos algunos textos, por vía de ejemplo, para de, mostrar la posición adoptada por fray Diego en estos tres aspecto•s del pro, blema religio,so, en donde tantos teólogos y políticos claudicaban lastimo, samente. En los diversos tomos de sermones y en las obras especiales que citamos puede verse el punto de vista sobrenatural del Beato al enjuiciar este problema y su. manera de resolverlo dentro del ámbito superior de la teología cristiana. a) Las ideas sembradas en Europa por los innovadores protestantes iban produciendo sus naturales frutos,· a saber : la negación del orden sobre, natural, la concepción materialista de la vida, el nacionalismo exagerado, la negación de la autoridad pontificia, el regalismo más absoluto, la indi, ferencia religiosa, el desenfreno de las costumbres relajadas y hasta el ger, men de los errores sociales de nuestros tiempos. Todos estos principios subver, sivos de ideas y de costumbres, disfrazados de erudición y de elegancia, que a través del teatro, de las tertulias, de las Universidades, de las mane, ras galantes y de los libros, 'iban invadiendo a la masa del pueblo y lle, ·gaban incluso a turbar la paz de los conventos y a profanar la santidad del altar, y que producían paulatinamente la «pérdida ele Dios» en las inteli, gencias y la pérdida de la saria moral en los corazones de gobernantes y gobernados; todo este conjunto de ideas disolventes y de costumbres re, !ajadas es lo que ya estaba dominando a Europa en el siglo XVIII y lo que se ven:ía sobre España, solapadamente encuhiertQ bajo el nombre de «Ilustración». A España le iba falta'ndo la fe, al menos en las esferas directoras XX

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