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1794 LAS OBRAS IMPRESAS DEL fianza da alguno. Ya ve usted a lo que nos exponemos. Siento que no haga caso de usted o que le falte a lo que le manda. No se desazone usted, pues yo no tomo estas :cosas a pechos" (CI 38). Tampoco salió la obra totalmente a gusto del BeatÓ por lo que respe<ta a ciertos detalles, aunque secundarios. Además de algunas infidelidzdes más o menos inevi, tables por parte de los copistas, no se incluyeron en su respectivo lugar, y a veces s, omitieron del todo, las adiciones que el autor mandó repetidas vece, a Ec1ja, y por contera el editor; principalmente en la segunda parte, se permitió añadir o su, primir detalles contrarios a los expresos deseos de fray Diego. «Creo -dice a su amigo, e 1 dominico de Ecija- no sea cosa tuya la expresión Prólogo, que en su introduc, -ción viene puesta; ya porque esto c:s impropio de una carta, singularmente en la segunda parte no teniéndolo en la primera, y ya porque los prólogos hablan con los :lectores para prevenirlos, etc., y ésta habla con el mismo a quien va dirigida la Carta. Por lo que, si te parece,. puedes decir a Don Benito que lo bo1re en todos, 'O con florecillas ••• o cubriéndolo con algún papelillo, porque me parece desdice" (CI 44, -45). Y en conformidad con esta insinuación de fray Diego, hay ejemplares, como el que posee don Santiago Montoto, en Sevilla, y el que se guarda en la Facultad de Letras de la misma. ciudad, en los que está borrada a imprenta la palabra Prólogo. Este último ejemplar contiene sólo la segunda parte, y en él se omite el texto latino a la vuelta de la portada. Es, sin embargo, la misma edición que la de nuestros ejemplares. De otro detalle quéjase también fray Diego en el mismo lugar: «Me ha desconsolado que al fin le falte el Gloria. Patri que pongo al fin de todos los papelillos que salen a luz. Creo será haberlo omitido los que sacaron en limpio mi borrador o haberlo olvidado en la imprenta. ¡ Paciencia l" (CI 45). El quiere evitar estas deficiencias en el caso en que la obra hubiera de reimpri– mirse. «Repito ---dice a su amigo- que no permitas se reimprima, porque, ademá~ de otros motivós, me asiste el de faltarle a esta obra algunas adiciones que envié... ,, Y a renglón seguido añade: «No pen,;aba en su reimpresión·; pero, con las faltillas que ha sacado, parece preciso, si acaso tuviere buen despacho» (CI 49). Por lo mismo exige, bien que infructuosamente, le sean devueltos los manuscritos de su obra, o siquiera las numerosas adiciones que ha enviado, las que, en parte, recuperó (CI 42) y se conservan autógrafas en nuestro Archivo del beato Diego, en Sevilla. Mas en manto a nuevas ediciones de esta obra, ¡ qué lejos estaba entonces fray Diego ¿e pensar en las muchas que habían de hacerse después de su- muerte! El precio de venta al público fué de ocho reales ejemplar, según se desprende de una frase del Beato, puesto que i.ooo reales será el producto de 125 ejemplares (CI 49). En cuanto a la distribución de la obra, fray· Diego dice que del total de la edición han de hacerse dos bloques de 750 ejemplares, siendo, ·por consiguiente, la tirada de 1 .500 ejemplares. «Quedamos en que no estorben unos a otros en la ·venta, y el devoto de acá tiene en Sevilla, Cádiz y los puertos la proporción de despacharlo~ [los 750 que le corresponden]. Ustedes [el editor, el padre González y sus amigos] pueden [dis, tribuidos] en Madrid, Aragón, Valencia, etc.» (CI 31). Durante algún tiempo pensó también enviar a nuestras colonias americanas los 750 ejemplares de~tinados a Andalucía (CI 42). A ello le impulsaba, sin duda, su ·vehemente des·eo de mejorar la formación religioso-moral del soldado español donde, quiera que éste ~e encontrase, y quizá la previsión profética de· las no lejanas luchas -- 86-'-

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