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Capuchinos, su especial interés por la capilla de Elsedo, así como el descubrimiento de varias esculturas en su palacio madrileño. En efecto, una profundización documental en la vida de don Francisco Antonio de Hermosa ha permi- tido atribuirle la contratación hacia 1709 del grupo escultórico denominado como San Joaquín , Santa Ana y la Virgen María niña para el convento de San Antonio del Prado de Madrid, en clara alusión a su espo- sa, de nombre María, y a sus dos hijos, llamados Ana y Joaquín. Se ignora documentalmente dónde fueron a parar estas tres esculturas, aunque por rasgos estilísticos parece que son las existentes en el convento de las Trinitarias descalzas de Madrid, cenobio donde únicamente se conservan las tallas de los progenitores de Nuestra Señora. Es muy probable, asimismo, que el imaginero asturiano hiciese una Inmaculada Concepción para el palacio madrileño de la familia Hermosa, esta obra se debe fechar entre 1703, instalación en la Corte y antes de 1714, año de fallecimiento del primer conde, aunque nos decantamos por una cronología anterior a la muerte de Joaquín, por tanto hacia 1703-1709. Es posible, en todo caso, que esa Purísima Concepción y las tres imágenes devocionales del convento de San Antonio del Prado catapultasen a Villabrille para que le fueran encargando todas las esculturas del retablo mayor (hacia 1715) y retablos colaterales (hacia 1717-1718) de la capilla del palacio de Elsedo. Existe una triple posibilidad sobre el requerimiento de los servicios de Villabrille. Primera: las esculturas del retablo mayor fueron solicitadas por el primer conde de Torrehermosa antes de su muerte, acaecida el 15 de diciembre de 1714. Segunda: la contratación fue realizada en su totalidad por la segunda condesa de Torrehemosa, después del fallecimiento de su padre y por tanto hacia 1715. Tercera: doña Ana Antonia de Hermosa simplemente mantiene lo contratado o ideado por el patriarca de la familia, pero cambiando hacia 1715 la iconografía de Santa Ana por la de San Francisco de Asís , en honor al progenitor. La documentación archivística encontrada por el momento parece sugerir que la segunda o a lo sumo la tercera opción son las correctas. Villabrille realiza las imágenes del Cristo de la Expiración , Asunción , San Joaquín , San Francisco de Asís y dos ángeles mancebos para el retablo mayor. No se puede asegurar, pero es posible que el Crucifijo fuese sustituido por un Niño Jesús , ignoramos si este último puede ser obra de Juan Ron. Cada pieza es de una enorme calidad y unidas en su retablo original forman un excepcional conjunto. Juan Alonso Villabrille y Ron nos ofrece una Asunción de composición romboidal, que tiene puntos de conexión con obras de Carreño y Palomino, pero aportando una elegancia y un barroquismo sin igual en la escultura del primer tercio del siglo XVIII. La Asunción de Villabrille tiene como precedente escultórico la Inmaculada Concepción de la parroquia de Güeñes (Vizacaya) (h. 1699) y cuya atribución al imaginero astu- riano nos parece totalmente correcta. Su Crucificado sigue posiblemente modelos madrileños de Pedro de Mena, que no han llegado hasta nuestros días. La efigie de San Joaquín está en la línea de otros muchos rea- lizados por el maestro asturiano, aunque la mayor parte de ellos sin una cronología clara. La figura de San Francisco de Asís va a constituir un referente para su discípulo Luis Salvador Carmona, mientras que los dos ángeles son de lo mejor que podemos ver en su iconografía dentro de la imaginería barroca madrileña. El programa iconográfico no acaba aquí, ya que para los retablos colaterales efectúa las tallas de Santa Teresa de Jesús y San Agustín , obras de similar categoría estética si se comparan con las anteriores. La santa carmelita incorpora una serie de novedades con respecto a uno de los modelos creados por Gregorio Fernández, mientras que la efigie del padre de la Iglesia latina es el precedente compositivo para la esta- tua de San Basilio Magno de Alcalá de Henares. La muerte del hijo del primer conde de Torrehermosa, de él mismo y luego de su hija (segunda conde- sa de Torrehermosa) (19-11-1717) haría pensar a don Agustín de Hermosa, hermano de don Francisco y tío Pablo Cano Sanz 174 Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, vol. 27, 2015, pp. 143-175. ISSN: 1130-5517, eISSN: 2530-3562

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