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daje, totalmente tallado. Villabrille ejecuta, asimismo, una imagen de otro miembro de la familia francis- cana, como es la efigie de San Félix de Cantalicio para el convento de San Antonio del Prado de Madrid 108 . La actitud por la que opta Villabrille para el San Francisco de Asís de la capilla del palacio de Elsedo es repetida en varias ocasiones por su discípulo Luis Salvador Carmona (1708-1767), pero invirtiendo la orientación de la mirada y de los brazos, son los casos de yepes (Toledo) (anterior a 1740) y Estepa (Sevilla); todos ellos poseen una actitud extática, que tiene su punto culminante en los ejemplares de olite (Navarra) y Museo de San Marcos de León 109 . Francisco Salzillo también ejecutó una versión del fundador de la orden Franciscana, con una disposición similar a la talla de Villabrille 110 , compartiendo posiblemente el mismo tipo de grabado como fuente de inspiración. Cristo de la Expiración (fig. 4, nº 4), se ignoran sus dimensiones, aunque el arco de medio punto del tabernáculo posee una altura de 70 cm. Imagen en paradero desconocido, únicamente poseemos una foto- grafía frontal de la talla (fig. 13) 111 , sin poder ver los pormenores del rostro; estas dificultades no impiden atribuir la efigie, por vez primera, al maestro asturiano. Jesucristo es captado antes de exhalar su último aliento, tras pronunciar las palabras: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23, 46). Sobre una cruz latina arbórea, ornamentada con una ondulada car- tela, donde leemos: INRI, en alusión a la irónica y burlona interpretación de los soldados romanos que lo tomaban como “Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos” (IESuS NAzARENuM REX IudAEoRuM). Cristo de tres clavos, sus brazos aparecen en doble y clara diagonal, aunque no muy acentuada. El cuerpo –de canon un tanto estilizado– es fino y delicado, con cierta blandura. Cabeza, tórax, cintura y rodillas dotan a la figura de una perfecta sinuosidad. La cabeza es bellísima, mira hacia su derecha, en diálogo con el Hacedor; no res- pira dolor, todo lo contrario, amor por salvar a la Humanidad del pecado. Apenas hay sangre, los dedos están suavemente arqueados, sin manifestar tortura. Las ondulaciones de la cabellera están en la línea de lo hecho por Villabrille. El paño de pureza es sumamente original: tapa el lado derecho y cae de manera abundante por la parte izquierda. un cordaje deja una parte de la cintura al descubierto, para así acentuar el naturalismo. Villabrille supera los modelos de Juan Sánchez Barba (1602-1673) y Manuel Pereira (1588-1683), optando una vez más por Pedro de Mena (1628-1688) como fuente de inspiración, el perizoma creado por Villabrille es una derivación del empleado por el genio granadino para su Crucificado de la iglesia de Santo domingo de Málaga; sin embargo, no creemos que esta pieza fuese vista por Villabrille, debió ser el realizado para el Príncipe doria o bien el que hizo para el confesor del rey Carlos II 112 , de los que no existen fotografías, quedando la vinculación estilística en mera hipótesis. Pedro de Mena se basa a su vez en el ejemplar de Alonso Cano para el Real Monasterio de Santa María de Montserrat de Madrid, obra que sin duda Villabrille conocía, pues para ese cenobio realizó una talla de San Benito y otra de Santa Escolástica hacia 1720 113 y con total seguridad en 1721 114 . La realización de un paño de pureza con cordaje se repite en su Cristo resucitado, que don Manuel Francisco Pérez de Parada regaló entre 1718 y 1724 a la cofradía de la Vera Cruz de Salamanca 115 ; Villabrille vuelve a dejar la parte izquierda de la cintura sin cubrir. Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, vol. 27, 2015, pp. 143-175. ISSN: 1130-5517, eISSN: 2530-3562 Esculturas de Villabrille y Ron para los condes de Torrehermosa: la capilla del palacio de Elsedo (Cantabria) 163 108 C ANo S ANz , 2016a, pp. 45-63. 109 María Concepción G ARCíA G AINzA , El escultor Luis Salvador Carmona , Pamplona, Publicaciones de la universidad de Navarra, 1990; Juan José M ARTíN G oNzáLEz , Luis Salvador Carmona. Escultor y Académico , Madrid, Editorial Alpuerto, 1990. 110 Rosario F ERNáNdEz G oNzáLEz , “Francisco Salzillo. Santo domingo de Guzmán y San Francisco de Asís”, en Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Colección , Madrid, Ministerio de Cultura, pp. 260-261. 111 Fotografía publicada por A RAMBuRu -z ABALA H IGuERA , 2001, vol. 2, p 199, tomada a su vez de Arnáiz de Paz. Casualmente, los PP. Escolapios han colocado un Cristo crucificado en el espacio que debía estar ocupado supuestamente por la talla de Villabrille. 112 G ILA M EdINA , 2007, pp. 130-131. 113 u RREA F ERNáNdEz , 2013, p. 85. 114 C ANo S ANz , 2014a, pp. 101 y 129. 115 Virginia A LBARRáN M ARTíN , El escultor Alejandro Carnicero entre Valladolid y la Corte (1693-1756), Valladolid, diputación Provincial de Valladolid, 2012, pp. 526-527; u RREA F ERNáNdEz , 2013, p. 96.

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