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609 EL PAPIRO BODMER II Y EL IV EVANGELIO 913 en ambos casos esta palabra está mutilada); y a pesar de haber puesto punto en el kyéwro l.º del v. 3, ya no hay signo alguno de puntuación hasta el cpoc¡v.1 del v. 5. Y para colmo, al principio del v. 4 omite la preposición kv delante de ocu-ri¡i, resultando la frase de· esta forma: ó yéyovsv [, ?] ocu-ri¡i ~W'Y) f¡v. El hecho es curioso si se tiene en cuenta que el amanuense trabaja en una época y en un ambiente histórico en los que están a la orden del día las corrientes gnósticas, que tanto uso hacían de los vv. 3-4, puntuados de forma que ó yéyovev perteneciera a la frase siguiente. La omisión de todo signo divisorio de la frase significaría -deduce acertadamente Braun 30 - que el amanuense en manera alguna comul– gaba con las interpretaciones gnósticas, antes al contrario, que no veía en este texto joánico lo que los valentinianos querían ver. La omisión de la preposición kv al principio del v. 4 difícilmente podrá calificarse de voluntaria. Es cierto que nuestro amanuense co– rrige con diligencia laudabilisima tanto las adiciones como las omi– siones en que involuntariamente pudiera haber incurrido en su copia. Y de ello hay pruebas a lo largo de todo su ms. Sin embargo, es in– concebible que cometiera a sabiendas esta omisión y que pretendiera con ella darle a la frase otro sentido, el cual por fuerza resultaría insó– lito. Porque, si la frase empezara por ó yéyovev y leyéramos: lo que ha sido hecho era vida para él, esto resulta inaudito y aun carente de sentido. Y si la frase comienza por ocu-ri¡i (sin la preposición kv) y entonces se lee: para él había vida, o sea, él tenía vida, era ser vivo, tampoco se obtiene un sentido totalmente satisfactorio. La explicación única posible es más sencilla : involuntariamente omitió, por haplografía, la preposición kv, a la que inmediatamente precedía la terminación -ev de yéyovev. Y cuando revisó su copia, ni siquiera se dio cuenta de esta omisión 31 • W. A. Wordsworth ha pretendido sacar partido de la falta de pun– tuación, en el P 66 , entre los vv. 3-4 y de la omisión de la preposición kv 32 • Partiendo de que zwp¡, tiene idea de separación, de que el Pró– logo es un eco de Gén 1, donde no se habla de la creación en sentido filosófico, sino de la nueva creación, de la regeneración, sin la cual la tierra es nada, porque sólo Dios es, y de que las cosas son algo mien• 30 BRAUN, pp. 83 s. 31 A. M. TEEPLE, F. A. WALKER, Notes on the Plates in Papyrus Bod– mer II, en «Journal of Biblical Literature» 78 (1959); p. 148 sostienen que la omisión de esa preposición debe considerarse como variante y no como simple haplografía, puesto que gramaticalmente la frase que resulta de la omisión es también correcta. Pero el sentido de esta frase es tan difícil, que nos ate– nemos a lo arriba indicado. 32 W. A. WORDSWORTH, The Bodmer Papyrus and the Prologue of St. John's Gospel, en «Novum Testamentum» 2 (1957) 1-7.

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