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607 EL PAPIRO BODMER II Y EL IV EVANGELIO 911 El amanuense es buen calígrafo, pero incurre con frecuencia en omisiones : letras, silabas, palabras aisladas, grupos de palabras. Sin embargo, ha tenido también una buena cualidad: casi todas las omi– siones han sido reparadas por él mismo. «Hay en nuestro ms. -dice Martin- veintidós omisiones importantes, todas ellas corregidas» 2 º. Y añade el editor que, con toda probabilidad, las correcciones son de la misma mano que todo el ms. y contemporáneas a él, es decir, hechas inmediatamente de terminada la .copia. También es muy exacto y cuidadoso en señalar las letras o palabras que sobran, bien incluyéndolas entre signos especiales, bien borrán– dolas del todo y escribiendo algo más arriba la corrección, de forma que queda el vacío de la letra borrada 21 • Las correcciones pueden ser debidas o a la compulsación que hace el amanuense entre su copia y el arquetipo o modelo, o al hecho de comparar su copia con algún otro texto importante, distinto de su modelo. Esto último parece bastante seguro. Como estas correcciones se hallan a todo lo largo del ms., parece innegable el cotejo íntegro de la copia con algún otro texto, en el cual figuraban indudablemente las palabras que ahora se corrigen 22 • Pero, tanto si el cotejo se hizo sobre el modelo como si se hizo sobre otro texto, lo que sí parece cierto es que las correcciones no provienen de otra mano. e) Familia o grupo.-Complicada y difícil es la cuestión de de– terminar a qué familia o a qué grupo pudiera pertenecer elP 66 • Y en cierto modo, toda respuesta sería aún prematura, si se quiere presen– tarla con caracteres de definitiva. Nosotros aquí nos limitamos al punto de vista que pudiera servirnos algo en orden a lo que luego diremos. Los estudios más sólidos en torno al P 66 y sus relaciones con la crítica textual del IV Evangelio que hemos encontrado, y a los cuales remiti– mos, son, además del editor 2 ª, Aland 24 , Boismard 25 y Zimmer– mann 2 ". Las. conclusiones a las cuales llegan son algo diferentes, por– que diferentes son el punto de partida y los criterios de comparación. Sin embargo, están de acuerdo, en general, en que el P 66 no puede ser clasificado entre los cuatro grupos tradicionales (alejandrino, occiden– tal, cesariense y antioqueno), pero que sün muchos los puntos de con– tacto del Papiro con el texto del códice Vaticano (B) y mayores aún con el códice Sinaítico (S o «alef») y con el Cantabrigense (D). Y Zimmermann añade, entre otras, estas dos observaciones, que para 20 !bid., pp. 30-31. 21 !bid., p. 32. 22 !bid., p. 141. 23 !bid., p. 143. 24 ALAND, art. cit. 2 5 BoISMARD, art. cit. 26 ZIMMERMANN, art. cit. -5-

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