BCCCAP00000000000000000001708

615 EL PAPIRO BODMER II Y EL IV EVANGELIO 919 Por otra parte, ciertos detalles del ms. en esta frase confirman que el indicado artículo no se debe a un error involuntario. En la primera sentada el amanuense había escrito la frase en este orden: &x -r'r\c; I'11.AtA11.f(X., ó 1tpoqd¡n¡,; pero posteriormente señala que las palabras han de leerse en orden inverso: ó 1tpocp-f¡n¡, ix -r'ii, I'a.AtA11.[11.,. Si corrigió el orden de las palabras cuando revisó su copia, pero no eliminó el artículo que antes escribiera, es evidente que lo retenía como autén– tico, tanto por haberlo visto en el arquetipo del que copiaba la pri– mera vez como por encontrarlo seguramente también en el otro texto que le sirvió de control. Preguntado el editor del P 66 , V. Martin, concretamente sobre este artículo, contestó en carta del 13 de julio de 1957: «El artículo ó antes de 1tpocp-f¡-r11, se ve algo más pálido y, mirándolo con atención, parece estar algo raspado. Si así fue, el corrector, quien quiera que fuese, intentó tacharlo» 49 • Pero düícilmente podrá demostrarse que quien intentó raspar ese artículo fué el amanuense del P 66 • Según Martín, este amanuense sañala con exactitud las supresiones que han de hacerse por haber escrito involuntariamente una sílaba o una pa– labra de más. Son en total diecinueve. Pero, en nuestro caso, el ar– tículo no lleva signo alguno de supresión. Más aún. El copista -siem– pre según el testimonio del editor- es muy exacto y cuidadoso en señalar las letras o palabras que sobran, bien incluyéndolas en signos especiales (como lo hace con la palabra /J.yto'I en 7, 39), bien borrán– dolas del todo y escribiendo arriba la corrección, mientras deja el vacío de la letra borrada 50 • Si, pues, el artículo en cuestión ni lleva signo alguno de supresión en el ms. ni está totalmente raspado de forma que en su lugar quede el vacío correspondiente, todo ello indica que el amanuense lo tuvo por original y que esa raspadura intentada se debe a otra mano posterior. Todo confluye, por lo tanto, a creer que el amanuense consideró ese artículo como auténtico y por eso lo dejó figurar en su copia. Lo había visto en su modelo y también, seguramente, en el otro texto que le sirvió de confrontamiento. El hecho es que el artículo figura en el ms. como escrito de primera intención y no está corregido ·por ninguno de los dos sistemas que en sus correcciones utiliza el amanuense. La importancia de este artículo para la exégesis de la perícope de Jn 7, 45-52 es innegable. Los términos de la cuestión cambian radi– calmente. Lo que el Sanedrín discutía con Nicodemo en torno a la persona de Jesús no era si éste podía ser. «un» profeta, sino recha– zar que Jesús pudiera ser «el Profeta», «el Cristo», tal y como lo habían admitido ya algunos de la turba (7, 40-41). Queda, pues, como bastante probable que el P 66 , al conservarnos· 49 Ibid., p. 110, nota 3. 5 º MARTIN, p. 32. _;_ 13 -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz