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1:, "RIOS DE AGUA VIVA" 175 "Vientre quiere decir aquí corazón". Y lo confirma con el Ps 39 (40), 9, donde los LXX ponen xot)J11. por/ el hebreo me' ái = "mis entrañas" 24 • Bultmann intenta explicar esta palabra como si, por un fuerte ara– maísmo del Evangelista, equivaliera al arameo rabínico gúfií, que ori– ginariamente signífica "cueva, caverna, gruta", en sentido natural y también metafórico, pero que m el lenguaje rabínico llegó a signifi– car el cuerpo, la "persona"; de tal suerte, que aquí «de su séno» ven– dría a sustituir sencillamente el pronombre personal: de él 25 • Pero nada probable nos parece esta explicación. Porque, aparte de que el arameo rabínico escrito es bastante posterior a nuestro Evangelio, Ja palabra aramea gúfií, al tiempo del Evangelista, no había perdido aún su significación propia, que es la de "cuerpo muerto", "cadáver" 26 • Con mayor acierto añade el mismo Bultmann: "El que considere in– seguras y aun falsas estas explicaciones, puede recordar que xoi1.ia en los LXX, además de su significado anatómico-fisiológicq puede tamoién tener el sentido de "lo interior" del hombre y puede equipa– rarse a x11.p8l11. , con la .que en ocasiones la confunden algunas varian– tes" 2 7. Este es, creemos, el único camino a seguir: xotU11. está en lu– gar o en sentido de x11.poi11.. No cabe, pues, duda posible de que aquí puso san Juan la pala– bra xoi;./11. en el sentido de x11.poirJ. o de crúd.yx .~11. , como sede de los sen– timiento, y afectos más íntimos y tiernos del alma; concepto que nos– otros expresamos corrientemente con la palabra "corazón", aunque nuestro pueblo conserva todavía, particularmente al referirse a inten– sísimos afectos de compasión o de crueldad, "entrañas". La idea pues, es la idea del corazón como manantial de aguas vivas. Y si el Evange– lista puso ·xoi)./11. y no xrJ.p~/11. o cr'ltArJ.yz,;11. , fue po'tque las palabras que aquí recoge de boca de Jesús, resumiendo su discurso, tienen origen viejotestamentario a través de los LXX. Y a este origen se sujetó el Evangelista 28 • 24, Homil, 51 in Ioh. (PG 59, 283), 25. BULTMANN, o, c., 229, nota 2, 26. Of. KOEHLER, Lexicon in VT libros, s.. v.; y J. BONSIRVEN, 'Hoc est corpus meum': Recherches. sur !'original araméen, en «Biblica», 29 (1948) 215. 27. BULTMANN, ibid, 28. Muchos son los lugares del AT a los que pueden aludir las palabras de Je– súg en este discurso, si bien. es casi imposible determinar el lugar concreto que pare– ce citarse. En cuanto a la invitación que Jesús dirige a los sedientos (v. 37), cf. Is 55, l. La representacfón de los bienes mesiánicos bajo la metáfora ele aguas abundantes (v, 38 ), se encuentra frecuentemente en el AT: cf. Is 12, 3; 58, 1l ¡ Ez 47, 1-12; Joel 3

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