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392 SERAFÍN DE AUSEJO, O. 1''. M. CÁP. pensamiento corre en la misma línea del v. 12, del que no es sino una ampliación explicativa de cómo los hombres llegan a la filiación divina. Los creyentes nacen de Dios y no de las fuerzas humanas. Y si hemos rechazado el v. 12, es lógico que rechacemos también, por idénticas razones, el v. 13. Así, en su forma actual, no puede pertenecer al primi– tivo himno a Cristo. En cambio, si aceptamos la lectura propuesta por Braun (130): oc;... iyEvvi¡9r¡, la cuestión varía radicalmente. Entonces, este v. 13 es inde– pendiente del v. 12. Por su tema se une perfectamente al v. 14 a-b. Si las dos frases del v. 14 a-b nos explican la venida del Logos por la encarnación kenótica, el v. 13 que le antecede nos habla de la encarna– ción virginal. El relativo inicial y el verbo, leídos en singular, sólo pueden referirse al Logos, "el cual nació", no de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. El sentido, pues, resulta magnífico entendido de Cristo. En la concepción virginal de Jesús sólo Dios y María intervienen. Lástima que esta lectura tan sugestiva tenga un apoyo demasiado débil todavía en la crítica textual de hoy. Porque, leído así, elv. 13 ex– plicaría maravillosamente la virginidad perpetua de María. De todas formas, la sugerencia de Braun no carece de toda probabilidad. Es más, entre los testimonios que le favorecen, podríase añadir también el texto que anteriormente hemos citado de las Odas de Salomón, 19, 9-10 (131). Aquí, al decir que María EY,ÉVVTJOEV lv CJTJ[-lEL(t', "engendró por milagro" a Jesús, sería un eco de la lectura oc; tyEw~9r¡: y todo el pasaje de la Oda 19, 6-10 vendría a ser como un comentario lírico del v. 13, leído, con Braun, en singular y entendido de Cristo. Todo lo cual tiene, a nuestro entender, tanto más valor histórico y crítico, cuanto más inme– diata es la dependencia de las Odas con respecto al IV Evangelio y al Prólogo en particular. Si, pues, por la forma literaria estos versos de las Odas se acercan tanto al himno cristológico de I Tim. 3, 16, por su contenido reproducirían el pensamiento del v. 13, concebido también como parte de un himno cristológico. Ahora bien, si leemos,el relativo y el verbo en singular, entendidos de Cristo, ¿ a qué estrofa pertenecería este v. 13? Podría formar parte de la estrofa subalterna formada por los ver– sículos 10-11. Si Cristo había venido a los suyos, el v. 13 explicaría cómo fué esa venida, a saber: por la encarnación virginal. Sin embargo, en este supuesto de leer el relativo y el verbo en sin– gular, nos parece más lógico unirlo a la estrofa del v. 14 a-b, que así (130) Cf. BRAUN, como en la nota 97 de este trabajo. (131) Cf. nota 53. [86]

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