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388 SERAFÍN DE AUSEJO, O. F. M. CAP, de rechazar frases o versículos, porque no se acomoden a.l ritmo que, según nuestro entender, debieran tener. Más aún, las palabras y las frases tienen un sello joánico bastante destacado. Tres veces ocurre la palabra µcxp-rup[cx .o µcxp-rupEÍ:V y tres veces la palabra cpl'>c;. La construcción con que comienza y con que ter– mina el v. 6. es manifiestamente hebraizante. Lo mismo, en el v. 7 a, Etc; µcxp-rup(cxv. Y, por último, puesto que la obra, terminado el Prólogo, iba a comen– zar por el testimonio del Bautista (Jn. 1, 19), era lógico que ya en el Prólogo se aludiera a este testimonio. Lo mismo habrá que decir respecto del v. 15. Es verdad que, en éste, la frase histórica introductoria de las palabras del Bautista difícilmente se redu.ce a ritmo. Su prosaísmo es evidente. Pero, en cambio, las otras tres frases que pronuncia el Precursor tienen un ritmo tan aceptable como pueda ser, por ejemplo, el del v. 16. Todas estas razones demuestran que los vv. 6-8 y 15 no se deben a interpolaciones posteriores -imposibles también de demostrar por la historia crítica del texto-, sino que proceden de la misma mano que com– puso el Evangelio. Pero ¿ qué relación pueden tener estos versículos con un himno a Cristo? O mejor: si lo que el autor se propone en el Prólogo es ensalzar el ser y la obra del Logos y su gloria, ¿ qué pueden significar estos diti– rambos a otros personajes? En ninguno de los himnos a Cristo antes exa– minados se descubre el menor vestigio de cosa parecida. Y ésta es la razón por la que estos versículos no pueden, en manera alguna, figurar como originales en el primitivo himno a Cristo. El P. La– grange vió ya la dificultad y pretendió resolverla: "Si se considera el Prólogo como un poema, las dos alusiones al Bautista pueden figurar en él como antistrofas que permiten el rebotar del pensamiento" (125). Pero habría que demostrar, antes de admitir esta solución, •que los him– nos a Cristo se componían de estrofas y antistrofas, al modo de la poesia. griega. La estructura temática de los himnos conservados por San Pablo y aun las ideas fundamentales de los himnos del helenismo minorasiático son de composición más simple. Y esta estructura temática queda rota µecesariamente con la introducción de estos versículos. Ya el P. Ga.chter observa que los vv. 6-8 llevan una dirección totalmente distinta de la que les precede y les sigue, Y este romper la dirección del pensamiento y este pasar a otra tendencia totalmente distinta son señales inequívocas de que estos versículos no son de la misma ocasión, del mismo momento psicoló– gico que el resto. Débense, pues, considerar como "secundarios", lo cu.al (125) M. J. l.AGRANGB, P.vangil,..., p. l. [82]

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