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¡i,ES UN HIMNO A CRISTO EL PRÓLOGO Dis SAN ,JUAN'1 371 se hace "carne", se hace hombre (v. 14 a). Por consiguiente, en estos ver– sículos, la palabra Logos supone exclusivamente por la divinidad de Jesús y no puede incluir su humanidad. Mas también aiquí hemos de confesar que estas distinciones teológi– cas -Cristo "secundum naturam divinam", Cristo "secundum naturam humanam"-- las hace la teología. Y es necesario hacerlas para explicar el dogma. Pero ¿ las hace también, o las insinúa, el Evangelista en estos versículos? Quizás él, lo mismo que San Pablo, no se paró en tales dis– tinciones. El predica de Jesús, de su persona, de su ser teándrico, todas las prerrogativas ,que le son propias, sin distinción, tanto si le compe– ten por su naturaleza divina como si las tiene por razón de su naturaleza humana. Recuérdese lo q_ue antes decíamos del Cristo "sintético", único de que nos hablaba San Pablo. Y de la misma manera, también creemos poderse afirmar que San Juan nos habla siempre de la persona de Jesús, sin separar el Cristo transcendente del Cristo histórico. Podríamos, pues, según esto, interpretar también los vv. 1-2 incluso del Jesús histórico, del Logos-Cristo. Claro que la humanidad de Jesús no es realmente eter– na ni está físicamente desde la eternidad ante Dios. Pero sí lo está inc tencionalmente, por ser el modelo y clave de la creación. Desdoblando, según nuestro hablar teológico, las frases de los vv. 1-2, unidas a las afirmaciones de los vv. siguientes, vendrían a significar que Jesús, en cuanto Dios, tiene existencia real eterna, como que es consustancial con el Padre; y en cuanto hombre, tiene existencia ideal o intencional eter– na en la mente de Dios, como que es, en cuanto Dios-hombre, modelo y clave de la creación histórica sobrenaturalizada. De esta manera, ni siquiera la humanidad de Cristo está fuera del ámbito del Logos, sujeto gramatical y tema central de todo el Prólogo. Pero concedamos, por respeto a nuestro hablar teológico, que en los vv. 1-2 se trata de Jesús sólo "secundum naturam divinam". ¿ Existen razones semejantes para excluir del sujeto Logos del v. 14a la humanidad de Cristo? Creemos que no. No existe la razón del significado de aápE, ="hombre", en el sentido exclusivo de asumir la naturaleza humana, porque el hecho de la encar– nación, sin la connotación de la kénosis, nunca se describe en el N. T. por la frase "hacerse hombre" u otras parecidas, sino simplemente por el verbo cpavEpw (100); y sobre todo, tanto por San Pablo como por el mismo San Juan, vemos que, para ellos, la palabra oápE, envuelve un significado kenótico, que no va incluído, según su manera de hablar, en el hecho exclusivo de la encarnación. (100) Ibid. [65]

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