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á,ES UN HIMNO A CRISTO EL PRÓLOOO DE SAN JUAN' 363 ciones teológicas, San Juan se adentra bastante más en su explicación: nos sitúa a Jesús, fuente de vida, en la eternidad de Dios y como clave de la existencia del mundo. Sin embargo, lo mismo que San Pablo nunca separa las dos naturalezas de Cristo, sino que siempre nos habla conjun– tamente del Cristo de la historia y del Hijo de Dios, de la misma suerte San Juan parte también del Jesús histórico, cuyas relaciones con Dios (en cuanto Hijo del Padre), con la creación y ~on el pueblo de Israel, con la humanidad entera, para la cual- es fuente de vida, nos describe. Desde que Jesús enseñó la existencia del misterio de la Trinidad, los apóstoles repitieron frecuentemente esas enseñanzas. Pero San Pablo, y lo mismo San Juan, se preocuparon mucho más por el misterio de la persona de Jesús que por el de la Trinidad. La vida de Jesús, su ser íntimo, su ser real y verdadero, se explica con frecuencia a los fieles, . se canta en· 1as reuniones cultuales y es objeto primordial de la fe cris– tiana, hasta el punto de que la misma fe en la Trinidad va como aliada y aun envuelta en esta fe en Cristo. Y el mismo San Juan, el apóstol que más ha penetrado en el seno de la Trinidad, no empieza por ense– ñarnos este misterio, para luego descender a la doctrina del Verbo en– carnado, sino viceversa: empieza por Jesús, para en El o mediante la descripción de su persona, demostrarnos su divinidad y sus .relaciones "ad intra" con el Padre. No desciende de la Trinidad a Jesús, sino que asciende de Jesús a la Trinidad. En su Prólogo, el tema "in recto" es Jesús; y más bien "in obliquo", aunque siempre de una manera certí– sima, la Trinidad, o mejor aún: solamente las relaciones del Hijo con el Padre. Igualmente creemos que la idea central del Prólogo no es, precisa– mente, demostrarnos el hecho de la encarnación. La idea central, a nues– tro entender, es enseñarnos lo que Cristo es: Dios y hombre, intermedia– rio de la creación, origen de la vida, revelador divino, plenitud de dones sobrenaturales, Mesías y Hijo de Dios (cf. Jn. 20, 31). Esto es lo que nos enseña el Prólogo y éste es el tema de todo su Evangelio. Esto supuesto, es decir, que el tema central del Prólogo es Jesús, como lo es de su Evangelio, digamos dos palabras acerca del procedi– miento mental de San Juan. El P. Lagrange lo clasifica, muy acertada– mente, como procedimiento intuitivo; y para él, lo mismo que para Buzy, es tal vez el P. Allo quien mejor ha definido tal procedimiento mediante estas frases: "Juan procede con lentitud en la penetración de su idea. La presenta primero en bloque y luego la analiza, variando apenas, o sin variarlas nada, las e~presiones. Se diría que el Evangelista jamás agota sus conceptos, ya que tan vastos son ellos y tan restringidos sus [57]

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