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1,ES UN HIMNO A CRISTO EL PRÓLOGO DE SAN ,JUAN1 347 A la segunda idea fundamental -la kénosis- solamente se alude aquí, como hemos dicho, mediante un inciso gramatical: después de rea– lizar 7,a, pu,rificaéión de los pecados (v. 2 d). Brevísima es la frase. Más corta y pálida todavía' que la del himno de Colosenses. Pero es lo sufi– cientemente expresiva para indicar la obra redentora de Cristo en la. tierra. La tercera idea fundamental -la exaltación gloriosa de Cristo– tiene afinidades estrechísimas con Fil. 2, 9-11, de la que parece eco fiel, particularmente por la alusión manifiesta al poder de Cristo, cóncentrado en ese nombre que aquí no se pronuncia (el nombre de Kyrios), pero que luego se va comentando a lo largo de todo el capítulo primero. En conclusión: Hebr. 1, 2-4, considerado desde el punto de vista te– mático, es otro ejemplo típico que atestigua la contextura del tema tra-, tado por los himnos a Cristo en la iglesia primitiva. El autor sagrado de Hebreos ha compuesto un párrafo majestuoso y no propiamente un himno; Pero ha seguido las líneas características de los himnos a Cristo. Nos ha dado la quintaesencia de lo que es Cristo por su doble natura– leza, ha aludido a su obra redentora y nos lo ha presentado en su exalta– ción gloriosa sobre los ángeles. Otra vez nos encontramos con las tres ideas fundamentales de los himnos cristológicos, que son, al mismo tiem– po, núcleo sustancial del credo o "kerigma" apostólico y primitiva pro– fesión de fe cristiana. II ¿ SON LOS HIMNOS CRISTOLOGICOS DE LA IGLESIA PRIMITIVA UN GENERO POETICO NUEVO? 1. OBSERVACIONES GENERALES Aquella triple clasificación de los cánticos de la iglesia naciente de ,f que nos hablaba San Pablo en Ef. 5, 19 y Col. 3, 16 -"salmos, himnos y cánticos espirituales" (60)-, así como los himnos de los escritos pau– linos analizados aquí por nosotros, más otros pasajes de los Hechos y del Apocalipsis que ·podríamos aducir, y toda la historia de las reuniones cultuales de los primitivos cristianos, nos advierten que la inspiración cristiana, de primera hora tenía una espontaneidad maravillosa (61). (60) Cfr. supra, p. 313. (61) Sobre el culto en la iglesia primitiva tiene un trabajito muy útil O. CULLMANN, Le mlte dans J'2glise primitive, Cahiers théol. de l'Actualité protestante, 8 (Neuchatel– \ [41]
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