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/,ES UN HIMNO A CRISTO E'.L PRÓLOGO DE SAN JUAN1 341 Según esta disposición, acontece en la tierra lo que dicen los versos 1, 4, 5; y sucede en el cielo lo que indican los versos 2, 3, 6. Las antí– tesis van por pares: carne-espíritu; ángeles-gentiles, mundo-gloria. Pero el quiasmo predomina y por eso los versos 2 y 3 se corresponden entre sí, como, a la inversa, los versos 1 y 4. Pero, aun entre las mismas cosas que acontececen en el mundo, nada se dice de la vida terrestre de Cristo fuera del primer verso, sino que todos los demás se refieren a su mani– fest~ción gloriosa. De aquí, el sentido que nosotros damos a los versos 2, 3 y 6, tan difíciles de interpretar si se quisiera seguir un orden crono– lógico. Justificado en espíritu solamente puede referirse a la resurrec– ción de Cristo, donde su cuerpo se reviste de cualidades gloriosas, pneu– máticas, antítesis de su precedente situación "en carne». Mostrado a los ángeles puede referirse a las apariciones de Cristo resucitado, certi– ficadas por los ángeles, o a la entrada solemne de Cristo en la gloria celestial. Y asunto en gloria indica la solemne proclamación de Cristo en la gloria como Kyrios, rey y señor del cosmos, tanto material como racional (humano y angélico), sin perder de vista que así Cristo quedó constituido en fuente de vida para su Iglesia (53). (53.) En la primitiva literatura cristiana encontramos un trozo poético sumamente parecido al himno de I Tim. 3, 16, en cuanto a la expresión lite1·aria, y de una fragancia lírica exquisita. Es de las Odas de Salom611, 19, 9-10. Al hablar de la concepción y parto virginales de Maria, prescindiendo de toda sucesión uonológica y dominando única– mente la idea de posesión de Jesús por parte de Ella, dice así el poeta: "Lo engendró por milagro, lo obtuvo por poder, lo amó con premura, lo cuidó con suavidad, lo manifestó con gloria." He aquí cinco versos perfectamente comparables a los de I Tim. · 3, 16, que cisi parecen haber salido. de la misma pluma. El texto de las Odas solamente se encuentra en una versión siríaca, des~ubierta a principios del presente siglo. Pero el original griego debió de decir algo sumamente parecido a esta retraducción feliz de LABOURT-BATIFFOL (Les Odes de Salom611, París, 1911, p. 78), corregida por L. 'TbNDELLI (Le Odi d; Salomone, Roma, 1914, p. 202): 19, 9 'EyÉWTJOEV ÉV or¡µE(Cp, ÉK'l'~Oa'l'O ÉV BuváµEL, 10 l'Jyánr¡OEV EV TCpOVOL<;X, É<¡ >ÚA.af ,Ev EV EU<¡>pooúvn, É<¡>CXVÉpc.:>OEV ÉV µEyctA.ElÓ'l'TJºt:l, En el v. 9, en lugar de ÉV or¡µElep (Tondelli), Batiffol propone ÉV óµoL~µcrn, "en semejanza", tal vez por su idea de que las Odas son de origen doceta, cosa que nos permitimos poner en duda, como luego diremos. Y en el v. 10, en lugar de Év -n:povo[c,x (Tondellí), Batiffol traduce ÉV Oc.:>'l'TJpÍ<;J(, "en salud" o "salvación", sentido incomprensible. Por eso hemos reproducido los versos con las enmiendas de Tondelli, que nos parecen más lógicas y mejor fundadas_ en el texto siríaco. [35J

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