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228 ESTD'DIOS BÍBucos.-Fr. S. de Ausejo, O. F. M., Cap. Efeso y de Calosas, de una manera genérica, que en las reuniones litúrgicas canten himnos a Cristo : Ef. 5, 19 y Col. 3, rn: En ambos lugares, y sólo en ellos, San Pablo· enumera tres clases de compo– siciones que los cristianos deben cantar en sus asambleas eucarís– ticas: «Salmos, himnos y cánticos espirituales». Tres términos utiliza el Apóstol: ~aA.µ.oti;, oµ.voti; xat c¡iaati; 'ltVEtiµ.a,txati;. No cree– mos que ,estos tres términos indiquen una misma cosa, a pesar <le la opinión de Cerfaux, quien, sin embargo, también admite cierta variedad de cánticos entre los primitivos cristianos (10). A nuestro entender -y siguiendo en esto a otros autores (11)-, los salmos serían los del Salterio bíblico u otras composiciones, ya cristianas, de idéntica o semejante estructura; los hirrmos indican composicio– nes netamente cristianas, de forma más o menos poética, que la comunidad cristiana en conjunto había de cantar en alabanza de la gloria de Cristo; y los cánticos espirituales se refieren a composi– c10nes más o menos espontáneas, de tipo carismático y personal (recuérdese lo de «proprio ingenio» del texto de Tertuliano antes citado), nacidas del impulso religioso del momento, pero siempre edificantes para. la asamblea (12). Estos himnos y cánticos han de dirigirse al Señor (,qi xup(<¡>, es decír, a Cristo), según el texto de Ef. 5, 19. Pero en Col. 3, 16 dícese que se dirijan a Dios ( ,4> 6Eq> ), que sería Dios Padre o simplemente Dios. Sin embargo, hay en este último lugar una va– riante muy significativa. El P 46 , del siglo III, que es el manus- (10) L. CERFAUX: Hymnes C/IU C:hrist des Lettres de saint Paul, «Revue: dfoc. de 'fournai», 2 {1947), pág.· 4. (11) Cfa·. J.. ;r,.1:ARTY: Art. dt., pág. 367; E. WERNER: The ConflicC, beween Hellenism and Juda.ism in the Music of the ea.rly christüm Church, HUGA (~Hebr. Union CoJlege Annual»), 20 (1947), :Pág. 435. ,(12) A esta ]nterpretación, por lo .que respecta. a lois «6a:lmos», podrí,1. opo– ner-se I Cor. 14, 26, donde la,s pala;brns «cada cual tiene un salmo» parecen inclictill' que ,s,e trata de _uno de taJntos carismas ,sobrenatcur.a1es de la primitiva Iglesia. P.eiro, ,s1 bien ,s,e mira, ,este te:xlto en nada se opone a; nuestra imterpr,etación de Ef. 5,19! y Col. 3,16. En primer lugaT, porque el c,ontexto es totalmente diverso : en esto,~ ú.Jtimo,s lugares no .se trata de dones .carismátkois ,s,obreinatura;les, al modo die ~a gJo.so.Ja:lia, etc. Y ,se,g,mdo, po.-que aun en I Cor. 14,26 habría que ver si la,s pafa– bras ditadas no se ,refieren, más que a un carisma ,sobrenatural del momento, a la capacidad de componer, previamente, «salmos» o himnos ---que también .e,s un don de Dios-, para lleva.-lo.s luego a la reunión de la comunidad, donde ser:v:iiráin pa;ra edificación d·e todoa.

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