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¿ ES UN HIMNO A ClHSTO EL PRÓLOGO tiE SAN JUAN? 227 cos pueden tomarse de la Sagrada Escritura --,alusión preferente a los Salmos- o pueden ser de invención propia. Pero hay otro testimonio, de Eusebio de Cesarea, que es de ex– traor,dinario interés para nuestro caso, por cuanto en él se atesti– gua la antigüedad apostólica de 1os himnos cristianos y, principal– mente, de los dedicados a Cristo, Logos de Dios. Para demostrar Eusebio, contra ciertos gnósticos, la divinidad de Cristo por ellos negada, presenta, entre los div.ersos testimonios de la Tradición, como uno más, este hecho que cualquiera de sus contemporáneos po– dría constatar: «Cuántos salmos -dice- y cuántos cánticos, qiacd, de los l\ermanos, escritos por los fieles desde los prime– rois tiempos, ch:' apx~c;, ensalzan, bµvoucrt, al Logos de Dios, Cris– to, divinizándolo» (reconociéndolo como Dios) (8). No dice Eusebio cuáles son concretamente esos cánticos. Sus palabras po– drían tener plenísima aplicación al prólogo del IV Evangelio, con– siderándolo corno himno a Cristo-Lagos, porque ése es su conte– nido. Sin embargo, como Eusebio argumenta aquí a base de la Tradición y no de la Escritura, tal aplicación resultaría desorbitada, sobre todo reconociendo él, como la reconoce, la autenticidad •del lV Evangelio ; y además, él habla en plural: salmos y cánticos. Más bien apunta, s,egún creemo·s (9), a las Oda,s de S,alomón, ver– daderos himnos a Cristo-Logos, originarias de un ambiente g,eográ– fico y temporal plenamente contemporáneo de San Juan y neta– mente católico, a nuestro entender, de las cuales hemos de habh:i,r aquí repetidas veces. Pero es indudable, nos parece, que ese dri:' dpx~c; enlaza la existencia de himnos a Cristo·-Logos con los tiempos de la era apostólica. Pero no hay por qué detenerse demasia,do en la historia de los primeros siglos del cristianismo, cuando es el propio San Pablo quien nos da detalles muy preciosos sobre la existencia de .tales himnos a Cristo en la iglesia naciente y nos ha conservado unos cuantos, total o fragmentariamente. En primer lugar, el Apóstol recomienda a las comunidades de (8) EuSEllIUS ,CAESAR,: Hist. eccles., V, 28 (PG 20, 512-513): lJ!'a) .p.ot aa 8aot )tal 0aa! clask<p<i>V cl1t' clpy_~~ tlltO lttO'tOOV ,patpEtam, 'tOV Aó,ov "COU Bsoií 'tOV Xpunliv Úp.VOÍÍClt Bso).o– ¡OUV"CS~- {9) Cfr. también J. H. BERNARD: 1'he Gospel according to St. Johrl( (Int1e,m. üit. Comment.), vol. I, pág. CXLVI.

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