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226 ESTUDIOS BÍBLrcos.-Fr. S. de Ausejo, O. F. M., Cap. que consideran los cristianos como Dios: Christ,o quasi deo. _Igual– mente señala el modo de cantarlo: secum inviJc:em, que parece apuntar o bien a diversas estrofas cantadas por diversos coros, o tal vez mejor a un coro de cantores respondiéndole todo el pueblo. In– dica también el día de la semana y la hora: stato die, que es, naj;ural– mente, el «d~es dominica», el domingo (4), y ante lucem, antes de ia aurora, al rayar el alba, que es cuando Cristo resucitó. Y, por ::ierto, parece que la «gloria» de Cristo resucitado es tema que nun– ca falta en jales himnos. Carmen está en singular; pero es, eviden– temente, un singular colectivo. No se trata, pues, de un canto único, como si el repertorio cristiano contuviera solamente un him– no a Cristo, repetido, siempre el mismo, en todas las reuniones cultuales. Suponer que aquellos cr_istianos sólo tenían un himno a Cristo sería limitar en demasía el estro poético de los primitivos creyentes. Plinio, pues, certifica que los cristianos de Bitinia, a principios del siglo n, tenían por costumbre -essent soliti- cantar himnos a Cristo en sus reuniones dominicales, con participación activa de tódos los asistentes. Los autores cristianos de los primeros siglos puntualizan mu– ~ho más. Algo se puede ya rastrear de la descripción de las reu~ niones cultuales que nos ofrece San Justino (5) . .Pero existen otros testimonios más explícitos en torno a los himnos cristológicos de los primeros siglos y afortunadamente se conservan también bas– tantes ejemplos (6). No es que todos esos himnos procedan de la época misma de los apóstoles; pero, indudablemente, reflejan una costumbre c_iertamente apostólica. Tertuliano, escribiendo en el año 197 d. C., dice expresamente que, en los ágapes cristianos, post aquam manualem et lumima, ut quisque de Scripturis sancti,s vel de proprio ingenio potest, provo– catur ín medium Deo canere (7). Y aquí es de notar que los cánti- (4) Cfr. O. CULLMANN: Le culte dam.s l'Eglise primitive, Cahier,s tihfol. de l'actualíté protestante, 8 (Neuchatel-París, 1948), pág. 9, nota 3. {5) S. Iusrrnus: Apol. I, 67 1(PG 6, 429 ss.). (6) ,Cf. H. LECLERCQ: Art. HymncLs, en KDict. d'Archéol. Chirétienne elt de Li– turgie», t. VI, col. 2832-2859. Y ~demás, ÜRIGENES, De oratioÍÍe, 14 y 33 (PG n, 460 s. y 557,560); In.: Contra Celsum, 8, 37 {PG 11, 1573), donde, al describir .!a,s cOistumbre;; c,rí,stianas, aparece la idea de ,que los fie.le ;; canta111 himnos al Seño". (7) TERTULL.: Apologeticus, 38 (PIL 1, 540).

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