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ESTUDIOS BÍBLicos.-.Fr. S. de Ausejo, O. F. M., Cap. filosófica u ontológica del mundo y del hombre nunca se la plantea San Pablo ni tampoco los demás autores sagrados, sobre todo los del NT. Aunque nos hablan de la creación, siempre la conciben tal cual foé en la realidad : inmersa en la elevación sobrenatural y ador– nada con los privilegios consiguienfes a esta situación. En e11a hay dos etapas igualmente históricas : la primera, la previa al pecado ; la segunda, la de la restauración. Ambas economías son sustancial– mente idénticas. El cosmos está concebido en un plan de privilegios, lo mismo ·que su restauración, después de la tragedia del pecado. En el centro de esos cosmos y en ambas economías está el hombre como clave de todo. Pero, ¿ quién es este hombre, clave universal de ambas economías? Cristo--.iresponde San Pablo~, y precisamen– te el Cristo histórico, Cristo Salvador, Jesús hombre-Dios. Porque si Adán representa la «imagen» de Dios (Gén. 1,26-27), él no· es propiamente la «imagen de Dios»·, clave del mundo. ltl solamente es er «tipo», la «sombra», la «figura» del segundo Adan, y este segundo Adán, Cristo, éste sí que es la «imagen del Dios invisible», la clave . que explica el universo-, hecho en Él, medwm,te El, con mirr,as a El o en funci6n de El: E\I au,:cp, at' !XU'tOt> X!Xt et<; a;,:óv. «En una palabra: cuando Dios pensó crear este mundo concr,eto, pensó en Cristo, en Jesús de Nazaret, sin el cual no hubiera llamado a la existencia a ningún orden de seres, ni celestiales ni terrenales. Y cuando, tras el pecado, •deddió Dios ofrecer al cosmos deshecho su «reconcilia– ción», la restauración, pensó igualmente en Jesús de Nazaret, que esta vez revestiría la formalidad de Redenfor. En ambos casos, Cris– to es el primero en todo» (v. 18) (39). ¿ Cuál es, entonces, la causalidad que tiene Cristo en la creación del mundo : eficiente-instrumental, fin~l o ejemplar? San Pablo no lo determina, ni en la filosofía ambiental de su tiempo vigian estas categorías aristotélicas. A la teología co-rresponderá elaborar un sis- (39) ID.: Cartas de la Cautividad... , pág. 123 s. Véase también San Ireneo, quien ya escribía en este sentido: •«El .Sefíor, queriendo restaurar al hombre, ha seguido, al encarnarse, la misma economía. Nació de una Virgen [acababa de decir que el primer hombre fué hecho de tierra virgen], por la voluntad y la ,sabiduría de Dios, a fin de que quedase firmemente establecido que El tenla un cuerpo semejante al de Adán y que ,El rera precí,samente aqu,e,I hombre de quien .se escribió al principio : el hombre foé hedho a imagen y semejanza de ])i.o,s» (SAN !RENEO: Demostración de la predi– cación apostólica, 111,ú.m, a2 (PATR. ÜRIENT., 12. 684: texto arrmenrio y traduooióttt inglesa; pág. 772 :. traducción francesa).

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