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¿ ES UN HIMNO A CRISTO EL PRÓLOGO DE SAN JUAN? 247 Y, ante todo, una cuestión capital: ¿Quién es el sujeto del cual se predican conceptos tan sublimes, como· ser «imagen de Dios», «primogénito», fundamento de la creación terrestre y angélica, y ser a:quel en quien todo el universo encuentra su · «consistencia» ? ¿Trátase aquí de Cristo en su pura dimensión divina, del Hijo de Dios que está •en el seno del Padre y sin connotación alguna a la encarnación, o trátase del Cristo histórico, del hombreJDios en su conjunto teándrico? También aquí hemos de lamentar las diversas corrientes que ha seguido la exégesis, tanto durante la época patrística como en épo– cas posteriores, desde la desviación introducida por los Apologistas en su afán de emparentar la filosofía con la revelación, y la llamada al orden de San Ireneo, quien hace de Jesucristo el e.entro de la historia y de la fe, ta clave que explica la existencia del cosmos (37). Porque, si atendemos al contexto y al tex.to mismo, pronto se ad– vierte que solamente hay un éamino para comprender bien el pen– samiento de San Pablo y responder a la pregunta antes formulada. En todo este pasaje de Colosenses, desde el principio hasta el fin, !o mismo que en la 'oración o acción de gracia.s que le prece·de (vv. 9- 14) y en las reflexiones que inmediatamente le siguen (vv. 21 ss.)', no hay más que uri solo sujeto gramatical que se refiera a persona: Cristo Jesús en su ser teándrico, el Jesús histórico de siempre, el Jesús viviente y triunfante de la experiencia de Damasco. San Pablo no s·e paró nunca a especular sobre la dimensión divina de Jesús prescindiendo de su humanidad. Siempre nos habla del h.ombre-Dfos, porta,aor de la salud a la humanidad. «No afirmamos~escribe a este propósito González Ruiz-que en esfos textos paulinos, interpretados a la luz de toda su teologia, se excluya la idea de un Cristo-Dios preexistente en su naturaleza divi– na ; solamente queremos decir qué en ellos se apunta «in recto» a <..:risto-,5oter, por consiguiente, concebido en su integridad teándri– ca; y solamente «in obliquo»•... , su preexistencia en la naturaleza di– vina.» Y concluye : «EJ Cristo de toda la teología paulina es siempre el complejo teándrico del Dios-hombre» (38). La hipótesis de la naturaleza pura o la consideración meramente \ (27) Cf.' J. M.a. GoNZÁLRz Rurz: Temtdrismo im la crktologfa de Sllln PabDo, en ESTUDIOS BfBLlCOS, 12 (1953), pág. 270 SS. {38) !bid, pág. 272.

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