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¿ ES UN HIMNO A CRISTO EL PRÓLOGO DE, SAN JUAN? 2 3 7 ¡1opqi~v lloóA.ou A.a~wv reviste un carácter religioso, además de hu– millante, como fueron de hecho la vida y la muerte de Jesús. Así se ve con toda evidencia cómo Cristo puede ser, y debe serlo siempre, modelo de humildad para todo creyente. Se despojó EXEvmcrEv, ae sus condiciones divinas en lo externo, para presentarse en condiciones de siervo y realizar así los planes de Dios (22). Ha prevalecido durante mucho tieinpo la idea de que la kenosis de Cristo consiste principalmente en que el Hijo de Dios se haya hecho hombre asumiendo 1a naturaleza humana. La encarnación ven-– dría a ser como un misterioso (cdespojarse» de algo divino, para re– vestirse de la naturaleza humana. Todavía Cerfaux pretende, en cier– to modo, hermanar las ,dos interpretaciones (la que sólo ve en la kenosis el despojarse de sus condiciones externas divinas, para pre– sentarse a lo externo en condiciones de ((Siervo» ; y la que hace con– sistir la kenosis en la encarnación misma), cuando escribe: ((El es– tado de Cristo en su naturaleza humana viene expresado por dos antítesis fundamentales : una, que mira al porvenir y opone la carne a Ia resurrección espiritual; otra, que mira al pasado o a la eterni– dad y que opone la encarnación a la dignidad de Dios». Y más tarde, refiriendose concretamente a nuestro texto, dice: ((La primera es– trofa (para Cerfaux, el v. 7 pertenece a la primera estrofa) termina con la idea de que Cristo fomó la naturaleza humana ... Su construc– ción se basa en Ia antítesis ordinaria del Hijo de Dios que nace en carne. Por necesidades de una lección moral que debemos deducir del ejemplo ,de Cristo, hace resaltar la hnmillación que va vinculada ' (22) Fueden pres,enta•r,se va,rias oh_je,cione,s a est;i exége,sis d,e CERFAUX, cuando 11elaciona nue,stro, paisaje ,con e,! ya citado de Isaías -sohr,e el «Siervo de Ya:hv,é,,_ La principaJ ,s-ería qu,e n,i faaias ni la primitiva liturgia cristiana, en cuainto puede cono,cerse por -el libro de los Hechos (cfr. Act. 4, Z7, 80), llaman a Cr:sto ~o[!Ao~. sino '5iempr-e ,r~I,, que pone a Cristo en relación con -el Padre de una manera más .sua 1 ve, más íntima, más re1ligiio,sa y nada humillanite. También la Di,dajé, (9, 2, 3; 10, 2) y San CLEMENTE DE ROMA 0en su I Cor. 49, 2 ,s,s.) utúlizan e,! mi,smo, nombre de 11:atc;. Sin emba,rgo, aJ intrn,dueiins,e, en la descripción de 'la vida de Cr,isto ,su ,sacrificio- y ,su muerte, a cuyo ej,emplo morirían de,spués lo,s mártires, e,s natural que, si en el aspecto meramente litúrgico, descriptivo de la íntima unión de Cris– to con ,el Padre, pre:valieda la :palabra 11:aic; con ,el genitivo Osoü, incluso tra– duciendo, fa .idea isaiana, cuando s:e trataba de destacar la humillación y la muerte rr·edentora de J e,sús .sin ,e,speciales mira,s a sus ,refacioines con el Padre, se tradujera e'5a mi,sma idea del profota po,r la pafabra ooiíAo,, de más '5abo,r -sa,crifica1I (_¡Ue 1tat~.

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