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236 ESTUDIOS BÍBLICOs.-Fr. S. de Ausejo, O. F. M., Cap. La segunda idea fundamental-la humillación-se amplía con abundantes frases. Son siete versos, de tres acentos cada uno, ex– cepto el quinto y el séptimo, que solamente tienen dos. v. 7 roSe despo,jó a sí mismo, tomando condición de siervo, he,cho a seme,janza de hombres. v. 8 Y t¡enido en su porte como hombre, ,se humilló a sí mismo, hecho obediente ha,sta :Ja muerte, y mue,rte de cruz.,, El pensamiento corre diáfano siguiendo nuestra exégesis. No se trata · aquí de 1a encarnación en cuanto tal, sino mucho más de la forma humilde en que este Dios-hombre vivió su vida terrestre, pri– va dü voluntariamente de toda gloria y apariencia externa divinas y como si no fuera más que simple hombre ; y aún más : esta humilla– ción 'llega hasta morir, cual si fuese un malhechor, en la cruz. Dos aspectos tiene, pues, la kenosis de Cristo: el primero es su propia manera de vida, en cuanto que aparece despojada voluntaria– mente de aquella gloria divina que le era debida ; es el aspecto de la humilde vida terrena de Cristo. El segundo se refiere a la muerte. Aquel «despojarse» dura hasta la muerte y culmina en la muerte de cruz; es la suprema manifestación de la humillación de Cristo. La condición de vida humilde Ueva,da por Cristo durante su permanencia terrena se describe bajo la fórmula ¡wp(fl~\I ao6A.ou A.a~rov. Esta «forma serví», no alude tanto al hecho ,de hacerse hombre, cuan– to a las condiciones especiales externas en que quiso· desarro'llar su vida. Y estas condiciones-creemos que en este punto es muy acer– tada la sugerencia de Cerfaux (20)-se enlazan con las previstas por Isaías para el 'ebed Yahvé, sometido al menosprecio de los hombres, realizador del plan divino de la salud. La profecía isaiana del Siervo de Yahvé fué lugar clásico en la era apostólica para describir las humillaciones y la muerte ,de Jesús {cf. Act. 8, 32-35), como Is. 6, 9-10 lo foé para compendiar el poco éxito de la predi– cación personal de Jesús ante su puebfo (21). Con esto, la fórmula (20) L. CERFAUX: L'Hymw,e au Christ-Serviteur de Dieu..., pág8. 424-437. Y más brevemente en LD.: Jesucristo en San Pablo, págs. 322-323. (21) Cfr. Mt. 13, 14 ss. ; Me. 4, 12; Le. 8, 10; Jn. 12, ll9 ss.

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