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¿ES UN HIMNO A CRISTO EL PRÓLOGO IiE SAN JUAN? 231 Cuando el Apóstol apela a los sentimienfos de Cristo como mo– delo de' los que debe tener en sí todo cristiano, no piensa en los s,en– timientos ,del Hijo de Dios mientras está en el seno del Padre y como deliberando, en ,el seno de la Trinidad, respecto de r,ealizar la idea de la encarnación. Naturalmente que San Pablo reconoce siem– pre en Cristo su divinidad y, por consiguiente, su preexistencia eter– na. Pero no es el acto ,de determinarse a la encarnación lo que San Pablo pone aquí como modelo de los sentimientos ,de humildad que los· cristianos deben tener, sino que el .Apóstol ,está pensando en 1os sentimientos, en los hechos, del Oristo real e histórico, Dfos-homhre, tal y como vivió en su vida terrena y cómo sufrió en su muerfo y por los que fué glorificado, con aque'lla gloria que el propio San Pa– blo conoció en el camino de Damasco. Y precisamente, en este modo de vivir y morir de Cristo, a pesar de ser quien es, es donde ra,dica toda la fuerza ,de la enérgica argumentación de San Pablo para sus– citar en los fieles esos sentimientos ,de humildad. No piensa, pues, en describir cuál foé la carrera de Cristo-preexistencia, encarna– ción, resurrección glodosa-, sino más bien quién y qué es Cristo en su vida real y concreta en la tierra; cuáles fueron sus sentimientos, a pesar de sus divinos ,der,echos. Más que describir esos tres estadios diversqs de la persona de Cristo ,en sucesión cronológica, lo que aquí interesa y hace más al caso, precisamente para que sirva de modelo ,; los creyentes, es poner de relieve la situación kenótica, humillante, en que Jesús vivió en esf.e mundo y murió. Y por lo mismo, ,esta es la parte central del himno. Las otras dos-fa condición divina de Cristo y la gloria que con su kenosis alcanzó-confluyen a resaltar J::: humillación voluntaria a la que se sometió en la tierra (15). Por lo demás, este pasaje viene a ser como una profesión de fe, y como un resumen del «kerygma» o mensaje apostólico, consistente sobre todo en creer y confesar el contenido histórico y doctrinal que encierra en sí la persona ,de Cristo Jesús ,en su ser, en su vida y en sus ens•eñanzas. (15) Hay, de,sde Juego, derta sucesión. ol'O'n,ológica, •como la hubo en 1a vida te,i-r ,es.tr •e y gfor.iosa de •Ori~to, el ,cu:i,1, sieooo quien es, Dfos-hombr,e, primer·Ó se huminó y JU'ego füé glorifi,cad.o. Pero, San Pablo no se fija tant,o en la suc,esióin crnno,lóg:ica, cuainlto en la neladón de ,ca,usalidad enitr,e ambOIS he~hos. Lo que él :i,c,e,ntúa, ~ob~e todo, es la ,eijemplaridad de la, humillación. Y a ella, p!lecisarnente co;mo co,nise1cuenda (cfr. v. 9, ató), J.e ,sigue la exaJtació,n gilorioisa.

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