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230 ESTUDIOS BÍBucos,___,Fr. S. de Ausejo, O. F. M., Cap. por su misma expresión y cierto vuelo poético. Además, gramati– calmente, los predicados se suceden, casi siempre, a base de propo– :oiciones relativas o de participios, cuyo sujeto gramatical es siem– pre el mismo: Jesucristo, o bien las frases son independientes y simplemente yuxtapuestas. Y por último, la comparación de estos trozos con los pasajes poéticos del AT o con los himnos litúrgi– cos de la primitiva literatura cristiana, nos dicen que estamos· ante un verdadero himno a Cristo. Quien quiera que lea, sin prevención, los pasajes paulinos que acabamos de citar, se dará perfecta cuenta de que esos pasajes se desgajan de la prosa circundante por su con– tenido y por su forma, y que, precisamente por eso, forman un himno, sin que por ello haya que decir, ni mucho menos, que tales pasajes no son auténticos. Antes todo lo contrario. Una observación curiosa. Es, precisamente, en las Epístolas de la Cautividad y en las Pastorales {sobre todo en la 1 Tim., escrita pro– tablemente en Filipos) donde San Pablo incorpora esos himnos a sus escritos, como son las comunidades de Efeso y de Cofosas a las que recomienda cantar «salmos, himnos y cánticos espirituales» en sus reuniones litúrgicas, conforme acabamos de ver. Ahora bien, el ambiente ideológico ,de estas comunidades, reflejado en las Epís– tolas de la Cautividad, ¿ no es precisamente aquel ambiente, en el que, años más tarde, había de nacer el IV Evangelio con su pró– logo, y pocO después, las Odas de Salomón, la mayoría de las cua– les respiran un misticismo teológico muy parecido al del prólogo de San Juan? Esto nos llevaría a encontrar ciertos puntos de contacto temá– tico entre el contenido de esos himnos y el del prólogo. Pero no adelantemos ideas y vengamos ya al análisis directo de los himnos cristo1ógicos mejor conservados por San Pablo. 2. Análisis temático y literario de los himnos a Cristo contenidos en los escritos paulinos a) Fil. 2, 6-II: El tema central de este himno es, evidentemente, Cristo Jesús; mejor dicho, el contraste que se advierte entre su humillación y la gloria de su resurrección, cuando queda entronizado y declarado, en los cielos y en la tierra, como Kyrios.

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