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¿Es UN HIMNO A CRISTO EL PRÓLOGO DE SAN JUAN? 423 v. 14a-b apare~e más bien «in obliquo», estaría más explícitamente afirmada, «in rectoi>, en el v. 13. Si la crítica textual lo permitiera, con gusto incluiríamos este v. 13, así entendido, en la estrofa cen– tral del v. 14a-b. El v. 15.--Véase lo que de él hemos dicho en la discusión de los vv. 6-8. El v. 17.-----A pesar del {í,t inicial, es imposible unirlo al v. 16, ni éste al v. 15. Es verdad que en la última frase del v. 15 tenemos un o,t y que el v. 16 y el 17 comienzan por la misma partícula. Esto parecería indicar que los vv. _16 y 17 continúan reproduciendo las pa– labras pronunciadas por el Bautista. Pero esto es inexacto. El v. 16, por la trama del pensamiento, es ~ontinuación inmediata del v. 14, tanto si el o,t con que comienza es auténtico del himno primitivo (creemos que sí), como si no lo fuera. El v. 16 contiene, evidente– mente, palabras del Evangelista y no del Bautista. Y además, forma parte del himno, como continuación inmediata del v. 14. El testi– monio del Bautista termina, pues, con el v. 15. ¿ Qué pensar, en• tonces, del v. 17? Si es continuación del v. 15. habrá que rechazarlo por las mismas razones por las que rechazamos el 15. Y además, sería incomprensible este constante romper la iladón del pensamien– to, que pasaría del 14 al 16 y del 15 al 17. No puede, pues, tomarse el v. 17 como continuación de las palabras del Bautista reproduci– das en el 15. Mas tampoco puede pertenecer al himno primitivo, por varias razones. Desde luego, es manifiesto el paralelismo antitético entre Moisés y Jesucristo. Pero mientras a Moisés se le dedica un estico, prosai– co como él solo, a Jesucristo se le conceden dos esticos. La forma poética del paralelismo ya no sale así muy bien parada : dos esticos contra uno. Además, no deja de chocar el nombre compuesto de 'h¡croi:í Xptcr,oi:í en una composición poética, aunque este uso quizás perteneciera ya a la prosa en la época del IV Evangelio. No resulta mu.y poético en un himno al Logos, en el que, ni antes ni después, se nombra a Jesucristo. Gachter retiene como auténtico todo el v. 17 y forma con él un dístico ; pero vaya verso el que re1,ultaría de leer seguido, como segunda parte de ese dístico, todo esto: ~ xáptc; x1Xí aA.~Ozta ~tci 'h¡croi:í Xptcr,oi:í ;&"(Énto. Gachter lo conserva, porque sería, según él, la terminación. del primitivo himno (132). Nosotros, (132) GAC!ITER, Strophen... , p. 108

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