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-•P4 ESTUDIOS BÍBLICOs.-Fr. S. de Ausejo, O. F. M., Cap. Ahora bien, el simbolismo de los siete días de la creación es mar– •cadisimo en San Juan. Siete días resumen la predicación del Bautista hasta que Jesús opera el primer milagro. En siete cuadros diferentes, relacionados con las principales fiestas judías, se distribuye cómoda– mente la vida dé Jesús. Siete son los milagros narrados en el IV Evangelio. ,Siete veces se refieren frases de Jesús con las que .se define a si mismo, como «Yo soy la luz», «Yo soy el buen Pastor», «:Yo soy la vid», et¡::. Y todo esto. no pued~ ser casual, cuando tan ,evidentes- son, por el vocabulario y por el pensamiento, las alusiones .directas al primer capítulo del Génesis (123). Si, pues, según nuestra división en estrofas-no buscadas, cier– tamente, con este fin-, nos resultan precisamente siete pequeñas -estrofas, encuadradas en las tres grandes ideas fundamentales de los demás himnos a Cristo, ¿ diremos que este resultado es meramente ,casual? No lo pensamos así. Y por eso, si se quiere admitir que el Prólo– ·go contiene, fundamentalmente, un himno a Cristo, este himno se <:ompone exactamente de esas siete pequeñas estrofas, las cuales, :agrupadas, a su vez, en dos mayores-las tres primeras y las tres últimas-, coinciden con las ideas fundamentales de los himnos a Cristo : tres estrofas describen el ser teándri~o de Cristo y su obra ; una, de solos dos versos (o de seis, según los que luego diremos sobre el v. 13), su encarnación ken6tica; y tres, su gloria, su plenitud de vida para su Iglesia y de nuevo su vida íntima cabe el Padre, des– pués de haber sido para los hombres el revelador definitivo. En consecuencia, nosotros disponemos el texto ~el himno primi– tivo en la siguiente forma : l."' estrofa principal, con sus tres subalternos: a) v. 1 'Ev dpx~ ~v ó A.ó 1 o½, x.at ó A.ó 1o½ ~v 1tpo½ tov 61:óv, (1i23) Sobre la influencia del número siete en la estructura del IV Evan– -~elio d. E. B. ALLO, L'Evangile spirituel de Saint Jean (París, 1944), p. 75- 77: M. E. BoISMARD, Le prologue ... , p. 136-138. Pero quien con más profun– didad y acierto ha estudiado este asunto es, g_ nuestro parecer, C. H. Dono, Le Kériggme apostolique d'ans le 4e. E-vangile, en «Revue d'Histoire e't·· de Fhilosophie religieuses», 31 (1951), 265-274, donde da un resumen. Y donde se encuentra esta teoría en toda su amplitud y plenamente justificada es en ,su gran obra The Interpretation of the Fou.,,th Cospel (Cambridge, 1954).

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