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¿ ES UN HIMNO A CRISTO EL PRÓLOGO DE SAN JUAN? Pero idénti~o resuitado se obtiene uniéndolo al genitivo µovo-¡e– \l!JtÍ~ o nÍentalmene al Logos. El sentido siempre será que Cristo es fuente de gracia y de verdad, de la cual reciben todo cuanto reciben los creyentes. Mas lo difícil es que, si San Juan prescindiera, en estas frases, del Cristo glorioso, hubiera podido escribir, refiriéndose exclusiva– mente al estadio terrestre, que estaba «lleno de gracia y de verdad». Naturalmente que lo estaba desde que Cristo es Dios-hombre. Pero los apóstoles comprendieron muy pocas cosas de Cristo durante los años que vivieron con EL Oyeron sus palabras y las retuvieron. Pero penetraron muy poco su sentido. Y no digamos si se piensa que es precisamente en el IV Evangelio donde Cristo habla ~on más frecuencia mediante palabras enigmáticas (112), cuyo sentido ni sus oyentes ni sus propios discípulos alcanzan. Y por la historia evan– gélica y apostólica sabemos que, hasta la venida del Espíritu Santo, los apóstoles permanecieron rudos, incapaces de comprender las profundidades de las palabras de Jesús. Cuando le vieron resucitado y ascender gloriosamente a los cielos, y recibieron al Espíritu Santo, es cuando, por fin, se dan cuenta perfecta de lo que era Jesús. Podría, pues, haber en la idea de <cplenitud»· aplicada a Cristo una especie de reversión de ideas, como parece haber acontecido con el concepto de «gloria». La «plenitudiJ fundamental, como la «gloria» :fundamental en .la que el Evangelista piensa, no ·es solamente el Hijo de Dios encarnado y durante su vida terrena, sino mucho más el Logos-Cristo, ya sentado a la diestra clel Padre, ante el cual (la preposici6n 1tapá del v. 14d. pide este sentido mejor que el de la sola procedencia, ex), recibe nuevamente la «gloria» ~orno lo que es : como «Unigénito)). Entonces es cuando el Logos-Cristo, según la economía divina, queda definitivamente construído 'ltA~pmµa de gracia y de verdad para su Iglesia. Por consiguiente, esta tercera parte del Prólogo camina por la misma línea del himno de Colosenses, como decíamos• antes, aun cuando tan fundamentalmente distinto del de San Pablo sea el pro– cedimiento mental y la expresi6n literaria de San Juan. En resumen : concebido así el Pr61ogo, resulta de él un verda– dero himno a Cristo, de la misma estructura temática de los himnos (112) Véase a este propósito, s. MuÑoz IGLESIAS, Géneros literarios de lo.s E,>angelios, en ,Estudios Bíblicos», 13 (1954), p. 309-311.

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