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390 ESTUDIOS BÍBLICOs.-Fr. S. de Ausejo, O. F. M., Cap. como «el Verbo se hizo carne)) /93). Y en el mismo sentido añade Buzy que en San Juan no hay fronteras, ni divisiones, ni partes. destacadas, como en nuestros discursos o tratados. Desde la primera línea se aborda el tema total, y luego se aclara partialmente, vol– viendo repetidas veces sobre él ; Juan procede lentamente, como las olas que van y vienen, hasta ilegar a su plenitud, en un ritmo cons– tante e irresistible, bañando la altura o por 10 menos salpicándola. Así procede San Juan en sus idas y aproximaciones hacia el objeto, hasta que lo ha explorado totalmente y lo ha expresado a su gust'o con fórmulas humanas. No hay, pues, desarrollos sucesivos, sino círculos convergentes y concéntricos ; no hay evolución, sino invo– lución inmanente; no hay marcha regular, sino avances y retroce– sos, pero de forma que el término final se consiga (94). No dudamos de la realidad de este procedimiento. Nos parece evidente para quien lea sin prejuicios el Pr6logo y muchos pasajes cte San Juan. Pero de lo que sí nos permitimos dudar es de que el término final al que San Juan pretende llegar sea precisamente la encarnación, como dice Lagrange ; como si el E'vangelista hubiera construído todo este prólogo majestuoso, portada grandiosa de su Evangelio, únicamente para demostrarnos que Jesús era verdadero hombre. Y dudamos igualmente que sea la encarnación el tema del que Juan quiere hablarnos desde el principio, por esa especie de varias proyecciones parciales, como propone Buzy. Leyendo des· apasionadamente el Prólogo, y teniendo en cuenta el procedimiento mental que estos beneméritos autores señalan, lo que ,parece evidente no es la descripción de la encarnación en cuanto tal, sino la descrip– ción de todas las riquezas del ser teándrico de Jesús. Este es el término final, al que llega San Juan mediante sus análisis parciales y su método de involuci6n. El procedimiento de los círculos concéntricos lo expuso ya, hace años, el P. Holzmeister (95) y la resume muy bien el P. Bover (96). Es un procedimiento que parece evidente en la manera de. rensar y de expresarse San Juan, y por 1o mismo debe admitirse en cuanto· tal, en cuanto procedimiento. (93) M. J. LAGRANGE, E:-Jangiie selon Saint Jean• (París, 1948), p. xcvn. (94) D. BuzY, Un procédé iittéraire de Saint Jean, en «Bolletin de Lit– térature Ecclésiastique», 39 (1938), p. 62, 63 y 66. (96) u. HOLZMEISTER, Prolo;i;;i Iohannei (1, 1-18) idea principalis et di– 'Visio, en «Verbum Domini», 11 (19.31), 65-70. (96) BOVE,R-CANTERA, Sagrada Biblia" (Madrid, BAC, 1951), in h. l.

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