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INTRODUCCION * L A supervivencia de las almas y por consiguiente la vida de ul– tratumba era una creencia muy difundida en Egipto y en todos los pueblos de cultura minorasiática. No era Israel una excepción ni podía serlo, aun cuando no tuviera una revelación concreta y terminante respecto de la naturaleza de esa vida. Para Israel, según el testimonio de sus Libros Santos más anti– guos, todos los hombres, justos y pecadores, al morir, descendían al seol. .Sin embargo, a medida que l~s siglos avanzan y con ellos la reve– lación divina, cada vez se acentúa más la idea de que la muerte y el sepulcro es el justo merecido de los pecadores, mientras la vida es el premio de los justos. Esta vida, con el correr del tiempo, ya no es sim– plemente la larga vida terrena, sino también todo cuanto el justo podía esperar de Dios como retribución a su justicia, y sobre todo : amor y protección. De aquí ciertas expresiones que sobrepasan los límites y las condiciones de la vida terrena. A estas ideas vino a unirse en épocas más cercanas al cristianismo la idea de la resu,rrecci6n, con la cual se asegura para los tiempos mesiá– nicos una liberación de la ultratumba {l). Y así, de una manera suave y (*) Este trabajo fué leido .en la XV Semana Biblica Española, celebrada en Santigo de Compostela. Más que estudio de investigación personal, es sencillamente un. indice del estado de la cuestión. Y solamente· lo presentamos a;lli para que sir– viera de base a las discusiones de los profesores, reunidos en sesión privada. (1) La noción de l'esurrección que el pueblo judio tiene es, poco más o menos, idéntica a la nuestra. Resucitar significa levantarse del sepulcro ·para volver a la vida saliendo del ieoZ. Los receptáculos de las almas devolverán las que tienen en [3]

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