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158 SERAFÍN DE A.USEJO, O. F. M. CAP. justos están en las manos de Dios y esperan la inmortalidad (3, 1-4), viven para siempre y Dios se cuida de ellos, y por eso recibirán un glo– rioso reino donde serán coronados (3, 15-15). ,Pero, pasando por alto los diversos pasájes de estos primeros capí– tulos, en los que se advierte cómo el autor trabaja en un clima ideoló– gico donde la resurrección individuales patrimonio cierto y admitido sin vestigio alguno de polémica, vengamos a la parte histórica del libro. Cuando el hagiógrafo dice al Señor : "Tú tienes el poder de la vida y de la muerte, y llevas a los fuertes al ades y sacas de 1:11" (16, 13), no alude ya, como los autores bíblicos antiguos, a la liberación del peligro de muerte y de caer en el seol, sino que reconoce en Dios el poder de devolver la vida a los que llegaron allá, cosa imposible de hacer para los hombres, como escribe a renglón seguido : "Por su maldad puede el hombre dar la muerte, pero no hacer que torne el espíritu que se fué ni hacer volver al alma ya encerrada en el ades" (16, 14) (8). Esta contraposición entre el poder de Dios para extraer a los muertos del ades (= seol) y la imposibilidad de que los hombres ha– gan algo semejante, parece indicar que en el fondo late la idea de la resurrección, imposible ipara los hombres, pero totalmente posible para Dios. Verdad es que, absolutamente hablando, ·el hagiógrafo está tra– tando de la historia de Israel y por consiguiente p-odría referirse con las palabras citadas a los casos de resurrección corporal a esta vida que se leen en el A. T. y no a la resurrección escatológica. Sin em– bargo, en el transfondo de su pensamiento· podemos intuir algo más, sobre todo si unirnos esas ideas a la descripción del juicio de los capíc tulos 3-5, donde no se trata del consabido juicio mesiánico contra las naciones, sino de un juicio de carácter universal : Los impíos "Verán llenos de espanto sus pecados, y sus crimines se levantarán contra ellos, acusándolos (4, 20), mientras [8] "Los justos viven para siempre" (5, 15) ; Al tiempo de su recompensa. brillarán (8) Cf. HE.INISCH 1 o. 0, 1 p. 325.

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