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SAN PABLO, MISIONERO EN ESPAÑA 71 Pero Dios le deparó un gran apoyo para resolver su situa– ción espiritual y material. Fue éste un matrimonio judío, ya cristiano, que había sido expulsado de Roma por un decreto (fechado en el año 49) del emperador Claudia contra todos los judíos sin distinción. Este matrimonio se había refugiado en Corinto. Se llamaban Aquilas y Priscila. Y eran del mismo oficio manual que Pablo: tejedores de lona para tiendas de campaña. Pablo se unió a ellos. Ya tenía trabajo con que ga– narse el sustento diario y también un apoyo espiritual. Gracias a esta situación, y por haber llegado también desde Macedonia sus compañeros de misión, Silas y Timoteo, el Apóstol pudo dedicarse más de lleno a la predicación. Y como no le era posible hablar en la sinagoga, alquiló una casa a un tal Ticio Justo, «temeroso de Dios», donde prosiguió sus char– las particulares y comunitarias sobre Cristo. Además del archi– sinagogo Crispo, «muchos de los oyentes corintios creían y se bautizaban» (Hechos 18, 8). Los judíos seguían oponiéndose a su labor apostólica. Pa– blo, en algunos momentos, se sentía débil ante la persecución y ante la triste situación moral de Corinto. Pero Dios lo con– fortó. Por la noche, en una visión, dijo el Señor a Pablo: «No tengas miedo. Sigue hablando y no te calles; que yo estoy contigo, y nadie osará hacerte daño, porque yo tengo en esta ciudad un pueblo numeroso». Y se asentó allí durante un año y seis meses, enseñando entre ellos la palabra de Dios» (Hechos 18, 9-11). Quién era Galión Había nacido en Córdoba, hacia el año 3 a. C. Era, pues, unos años mayor que san Pablo. Su verdadero nombre fue Marco Anneo Novato, que luego, en Roma, cambiaría por el de Junio Anneo Galión, en honor de su protector romano, Ju– nio Galión. Fueron hermanos suyos el gran filósofo Lucio Anneo Séneca, más tarde preceptor del emperador Nerón, y

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