BCCCAP00000000000000000001702

SAN PABLO, MISIONERO EN ESPAÑA 79 Clemente es de Roma y desde Roma escribe. ¿Cuántos años hacía que Pablo había salido de su primera prisión romana? Del año 63 al 96 van exactamente 33 años. Vamos a suponer que, cuando ya sumo pontífice, escribe Clemente su carta, no fuera tan anciano como lo fue nuestro Juan XXIII. Pongamos que tuviera unos sesenta años. Por consiguiente, mientras Pa– blo está prisionero en Roma, Clemente, sin duda de origen romano y ya cristiano, tendría entre los veinticinco y los treinta años de edad. Bien pudo, pues, conocer y hablar personalmente con el Apóstol y darse cuenta del rumbo que tomó al salir de la prisión. Además, la noticia del camino tomado por Pablo estaría todavía viva, en plena juventud de Clemente, en el ambiente de los cristianos de Roma. Por todo ello el valor del testimonio de Clemente es de extraordinaria firmeza histórica. «Por siete veces fue cargado de cadenas; fue deste– rrado, apedreado; hecho heraldo de Cristo en Oriente y Occidente, alcanzó la noble fama de su fe. Y después de haber enseñado a todo el mundo la justicia y de haber llegado hasta el extremo de Occidente -EPÍ TO TERMA TES DÚSEOS ELTHÓN-, y dado testimonio ante los príncipes, salió de este mundo y marchó al lugar santo, dejándonos el más alto dechado de paciencia» (Clemente, a los Co– rintios 5, 6-7) 1 • Es inútil querer desvirtuar la fuerza de este testimonio di– ciendo que el párrafo es declamatorio o hiperbólico. Declama– torio o no, la afirmación es rotunda: Pablo llega «al extremo de Occidente». Y esta afirmación va encuadrada en la enu– meración de los demás hechos: predicación de Pablo en todo el mundo oriental (recuérdese la frase de Pablo a los Romanos 15, 23: «Ya no tengo campo de acción en estas regiones»), viaje al extremo de Occidente, nuevo testimonio de Cristo ante las autoridades (segunda prisión romana), muerte del Apóstol. l. Texto griego en F. X. FUNK, Patres Apostolici, vol. I, Tubinga, 1901, pág. 106. Tra– ducción castellana y texto griego en D. Rurz BUENO, Padres Apostólicos, Madrid (BAC), 1950, pág. 182.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz